El Diario del Huila es muchísimo más que la simple empresa económica de la familia Duque Rengifo o de sus ocasionales gerentes, administradores y agentes comerciales. Es un patrimonio del Huila, de sus intelectuales, sus educadores, sus empresarios, sus políticos, sus trabajadores, sus periodistas que durante 50 años y en 18.000 ediciones (¡más de 200.000 páginas!), cifra no alcanzada por NINGÚN otro medio de comunicación escrita en el Huila, han dejado escritos los materiales documentales para escribir la historia de esta región en este medio siglo; ha estado con el pueblo huilense en sus grandes jornadas constructivas, como la Universidad Surcolombiana, como Betania, y lo ha acompañado en sus grandes tragedias, como el terremoto de 1967, como la avalancha del río Paez el 6 de junio de 1994; en sus triunfos deportivos y en sus horas trágicas de la violencia que todavía nos azota; ha sido vigilante de sus gobernantes, muchas de ellos objeto de sus críticas valientes, o dispuesto a ayudarles en sus propósitos y realizaciones progresistas; ha estimulado permanentemente a sus creadores literarios y a los esforzados emprendedores industriales o comerciales que han construido espiritual y materialmente el Departamento que hoy tenemos; ha acompañado en sus abnegados esfuerzos pedagógicos y en sus luchas reivindicativas a los educadores; ha sido el vocero de los que no tienen voz y el interlocutor audaz y crítico de quienes se creen los únicos poseedores de la verdad.
Ha tenido fervientes lectores que han seguido sus orientaciones, sin preguntar por sus dividendos y ha sido víctima de los ataques de quienes en algún momento vieron perjudicados sus intereses personales por la defensa de los de la sociedad, hecha por los periodistas del Diario, no siempre con el apoyo de sus gerentes y propietarios.
Toda esa labor ha sido posible por la iniciativa y el esfuerzo económico de los fundadores y sus descendientes, los doctores Max Duque Gómez y Max Duque Palma, la esposa de este, doña María Mercedes Rengifo y sus hijos, pero ha sido, esencialmente, fruto colectivo de la inteligencia y consagración de periodistas, columnistas, colaboradores editoriales y trabajadores de los talleres a lo largo de estos 50 años y 18.000 noches y días de desvelos, estudios y sacrificios de hombres como Alfonso Camacho Leyva, su primer jefe de redacción y Santiago Guzmán su primer jefe de taller; de los siguientes periodistas, columnistas, jefes de redacción y de talleres, especialmente Fermín Segura Trujillo, Gustavo Hernández Riveros, Pedro Bonilla, Fenner Cleves, Fabio Echeverri Campuzano, Alberto Vargas Mesa, Julio Bahamón, Félix Manrique, Rodrigo Sanabria, Rafael Bahamón, Ricardo Areiza, Juan Cárdenas, Germán Hernández, Patricia Sánchez, Marta Monsalve, Nelson Rojas Osorio, los reporteros gráficos Guillermo de Castro, Alejandro Saavedra y Hernando González, ¡tantos otros!, sin cuyo talento, sabiduría, audacia y consagración, el Diario no sería lo que es hoy: una institución símbolo de la Huilensidad y fuente casi inagotable de su historia en el último medio siglo.
Por eso estamos hoy en su defensa, en solidaridad con sus periodistas, ellos sí continuadores de esta historia ya legendaria, y en contra de ocasionales detentadores del poder en sus despachos de dirigentes.
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Por: Delimiro Moreno – morenodelimiro@gmail.com