Palabras del presidente Gustavo Petro Urrego durante el anuncio de Cali como sede de la COP16 de Biodiversidad 2024
Si uno mira un poco la historia, encontramos algunos eventos que son fundamentales en la historia del país y que tienen algún tipo de irradiación sobre el mundo. El primero, quizás, lo ubicaría en un lugar fronterizo entre Colombia y Venezuela, cuando decidimos constituirnos en la Gran Colombia, en una república independiente, después del triunfo sobre el Imperio español, ahí apareció una nación en ese momento, que de haberse preservado, sería una de las grandes potencias mundiales, tanto económicas como de la biodiversidad.
Ese es un hito, el relacionamiento de lo que sería el pueblo colombiano con el mundo, una especie de grito que juntaba las juventudes más adelantadas del mundo en ese entonces, las juventudes democráticas en Europa, en Estados Unidos y en Latinoamérica.
Nosotros estábamos ahí. Después nos metimos a matarnos entre nosotros; se disolvió ese proyecto y, literalmente, casi se disuelve el proyecto de la República de Colombia, a partir de decenas y de decenas de guerras civiles, hasta un 9 de abril de 1948, que marcó una enorme paradoja.
Ahora ya se acerca la fecha de un nuevo aniversario de dos momentos: uno que de nuevo convocaba a la confrontación entre colombianos, a su autodestrucción como sociedad y un nuevo relacionamiento con el mundo que allí, ese mismo día, se reunía en la ciudad de Bogotá.
El Congreso Anfictiónico, se le llamó, la constitución de lo que sería hoy el Sistema Interamericano de Derechos Humanos y la Organización de Estados Americanos. El inicio de un proceso de integración americana. Se reunía el Congreso y sonaban los tiros en las calles, se prendía Bogotá en hogueras y morían e iban a morir centenares de miles de colombianos.
Pareciera que hubiese una tensión entre cómo configurarnos nosotros mismos como nación y cómo relacionarnos con el mundo, al mismo tiempo. Y hay un tercer evento, que es este, se da en este Gobierno y cruza una serie de coordenadas que lo hacen un evento especial: es la reunión del mundo en Colombia, así de tanto y así de importante.
La reunión del mundo en Colombia
La reunión del mundo en Colombia, 190 países más o menos; sus delegaciones gubernamentales, jefes de Estado, enviados de sus sociedades, de sus pueblos, periodistas, expertos, gobiernos, en general, que se reúnen a discutir un tema que hoy es el fundamental de la humanidad: ¿Cómo preservar la vida en el planeta? ¡Y no cualquier vida, además! Sino la vida en toda su diversidad natural y humana.
Se le llama a eso la biodiversidad. Esa palabra quizás no existía el 9 de abril del 48 en el lenguaje común, y menos aún en el lenguaje de 1821 o de los comienzos de nuestra República, pero hoy es el eje central de la humanidad. Lo que se dirime en el mundo de hoy es cómo detener unos locos que están tirando bombas y cómo aprovechar el tiempo de la humanidad, sus últimos tiempos para proponer su sobrevivencia en el planeta.
Es un tiempo dramático, tenso, pero es el momento de la humanidad. Define si sigue o no sigue en el planeta; y ese tiempo es o la destrucción de la vida humana misma, o la paz con la naturaleza. Si hacemos la paz con la naturaleza, podremos hacer la paz entre nosotros, o viceversa. Si logramos hacer la paz entre nosotros e incluyo a la sociedad colombiana, entre nosotros los seres humanos, podremos hacer la paz con la naturaleza.
El congreso, ni más ni menos, tiene que ver con este tema y lo discute el mundo, porque es la humanidad toda la que está comprometida. Y es en Colombia que es el país de la belleza, porque es la segunda potencia mundial en biodiversidad y porque este gobierno hizo de eso, de la vida, su política interna y su política exterior.
La diplomacia de la vida
Ya ustedes nos han acompañado en innumerables viajes a eventos cumbre -no a cualquier evento- sino en donde la voz de Colombia es escuchada, donde se nos permite hablar, donde somos una voz en el mundo. Lo logramos desde ese punto de vista; lo propusimos en la campaña electoral -la diplomacia de la vida- y nuestra voz se escucha en los dos sentidos.
La paz de la humanidad, porque nosotros mismos estamos saliendo de la violencia, y la paz con la naturaleza, porque nosotros mismos somos el reino de la biodiversidad vital; nos escuchan y tenemos autoridad moral para hablar; y ahora nos escucharán aquí en Colombia. Ahora, a ese mundo al que hemos ido, lo traemos al interior de Colombia, por eso escoger el lugar, que es de lo que se trata en esta rueda de prensa, el lugar en donde ese mundo se pueda encontrar.
Un punto en Colombia, pues no es nada fácil, ya lo han visto ustedes, no solamente la disponibilidad en infraestructura para recibir tanta gente, sino cómo ese lugar puede ser coherente con lo que esa conferencia se propone. El lugar mismo tiene que decir algo más allá de que se pueda brindar comida, alojamiento, movilidad, etcétera.
La disposición básica para hacer una conferencia de este tipo, la 16 que se hace cada dos años y que está ligada a las COP anuales sobre la crisis climática. Es en la COP 28 en Dubái donde conseguimos que efectivamente se escogiera Colombia como la sede de la COP 17 de la Biodiversidad.
¿Por qué nos escogieron?
Por lo que he dicho; por nuestra propia autoridad moral para hablar de biodiversidad, de vida y de paz. ¿Qué lugar de Colombia podría representar mejor eso? Ese es un punto muy difícil; se hizo un proceso. La ministra Susana Muhamad estuvo al frente de ello. Susana es la que logra que esta COP 16 se realice en Colombia, allá en Dubái, y nos inclinamos por la región más biodiversidad de Colombia.
La región más biodiversa de Colombia, en donde, a pesar de todo, tenemos la región capital de la biodiversidad del mundo, se llama el Pacífico colombiano, con pueblos negros, con pueblos indígenas, con mulatos, con mestizos, con blancos, con todas las etnias que alguien me criticaba y vuelvo a repetir, es la inmensa genialidad de Vasconcelos, el mexicano, de la raza cósmica, es la biodiversidad humana.
Allí en ese territorio, con una historia que no vamos a repetir aquí, pero que tiene todo el dramatismo de la historia mundial, donde se conjuga uno de los peores hechos de la historia humana como la esclavitud, con uno de los mejores hechos de la historia humana que es la emancipación, la liberación; donde se conjugan nuestras raíces ancestrales como pueblo de antes, de los españoles, descendientes de los romanos, donde se conjuga nuestra biodiversidad humana, pero también la biodiversidad natural.
El Chocó biogeográfico, que es esa selva que arranca desde la frontera con Ecuador hasta el Tapón del Darién es la región más biodiversa del mundo.
Es decir, allí -no lo reconocemos mucho la sociedad colombiana- tenemos dos enormes potencias que tenemos que saber articular: la potencia de la diversidad cultural humana y la potencia de la biodiversidad natural.
El mundo en la ciudad de Cali
Ahí hay una ciudad que nos permitiría la infraestructura para que esto sea posible: Cali. Así que la ciudad escogida para realizar la COP16 es Cali. Hay un tercer hecho, tengo que decirlo, que nos inclinó para escoger a Cali.
Cali viene de sufrir hace unos años pocos, un estallido social que fue, como en todo el país, pero mucho más intenso, donde salieron hombres blancos a apuntarle a hombres indígenas y mujeres indígenas con sus armas; donde la violencia pululó en hechos que todavía incluso desconocemos en la investigación judicial más profunda; donde la juventud negra fue asesinada; donde jóvenes indígenas fueron apresados; donde se gritó de alguna manera libertad y no se entendió bien la sociedad entre sí, donde todo estaba a punto de configurarse como una confrontación social.
Hoy este evento, la COP 16, el mundo en la ciudad de Cali, quiere que se selle un pacto social en la ciudad; que esas heridas abiertas indudablemente que aún no han cicatrizado del todo, cicatricen, que el evento mismo nos ponga toda la región del litoral pacífico, Nariño, Cauca, Valle del Cauca, Chocó en sus regiones más olvidadas, que son las que van junto al mar, en sus conflictos actuales, que aún no se ha podido dirimir bien, y en su polarización social que tiene que volverse un acuerdo social de justicia.
Que se ponga este evento como un gran constructor de una sociedad poderosa, progresista. Indudablemente que, a partir de resolver sus problemas sociales, sus conflictos por la tierra, sus posibilidades hacia el futuro, entonces a través del océano Pacífico, pueda mirar la humanidad, el mundo pueda, al estar el mundo en su ciudad, percibir la enorme potencia que tiene para articular a la República de Colombia y al pueblo colombiano, a la humanidad.
Así que felicitaciones, Cali, allá nos veremos. Gracias, muy amables.
(Fin/pvc)