Culminó con éxito la Vitrina turística de Anato 2022, en la que más de 26.700 profesionales del turismo se dieron cita, y en el marco de la cual, el Gobierno nacional logro realizar encuentros de alta relevancia con 32 departamentos de nuestro país, con la finalidad de conocer y apoyar las estrategias y proyectos, en pro de la promoción turística de las regiones.
A la par con estas sobresalientes estadísticas, en el “Colombia Travel Mart”, rueda de negocios desarrollada en simultánea con este evento, se consolidaron negocios por 216 millones de dólares para el sector, gracias a citas establecidas por cerca de 180 empresarios nacionales e internacionales de manera presencial, y otras 280 de forma virtual.
Pero más allá de las cifras citadas y de los resultados globales alcanzados, es fundamental destacar, para un desarrollo turístico sostenible y sustentable, la participación de diversas poblaciones, que incursionan en la industria sin chimeneas con total éxito, y que además nos demuestran, la gran diversidad de recursos y atractivos que tienen nuestras zonas rurales, garantizando así el crecimiento de una industria que se fundamenta en la diversidad e innovación de sus destinos.
Sin utilizar de forma peyorativa el concepto; y por el contrario resaltando su trabajo articulado, creativo y constante; cientos de “Pueblitos” de nuestro país, tuvieron en la versión 41 de esta importante Vitrina Turística, la mejor oportunidad de darse a conocer al mundo.
Buesaco en Nariño, Tenjo en Cundinamarca, Icononzo en el Tolima, Puerto Nariño en el Amazonas, Encino en Santander, o Yotoco en el Valle, son solo algunos de los muchos ejemplos, de la oportunidad estratégica que se visualiza en las zonas rulares, de acompañar el desarrollo de sus actividades económicas tradicionales, principalmente las relacionadas con el sector agropecuario, con una actividad, que como la turística, puede ofrecer grandes aportes de consolidación y crecimiento en todas las dinámicas económicas de los sectores rurales, y en especial de aquellos más vulnerables.
La mayor parte de estos “Pueblos”, demostraron en Anato 2022, que la categoría que los identifica (Municipios de categoría 4, 5 o 6), no hace referencia a la gran cantidad de recursos y atractivos, tanto del orden natural como patrimonial que poseen, y que, por el contrario, si este fuera uno de los criterios para su designación, muy seguramente estarían en categorías de mayor representatividad.
Otro aspecto que queda demostrado, es la preferencia, según las nuevas tendencias turísticas mundiales, por este tipo de turismo que se vuelca sobre las zonas rurales y apartadas de nuestros territorios. El turismo de masas, propio de las grandes urbes turísticas, está pasando a un segundo plano, en un mundo que aprendió a reconocer lo tradicional, como una de las mayores riquezas del ser humano.
Esa autenticidad, idiosincrasia y simplicidad de nuestros pequeños poblados, aunadas a la incomparable cantidad de atractivos naturales mínimamente intervenidos que los rodean, hace que el gran potencial del turismo colombiano, se empiece a concebir más desde lo local.
El departamento del Huila, no fue ajeno a esta nueva realidad turística mundial, y a través de la participación por primera vez de un proyecto de integración regional, denominado Territorio Páez, demostró el potencial turístico, en parámetros de innovación, diversificación y complementariedad, que estas pequeñas poblaciones pueden brindar a los ya posicionados y reconocidos destinos del Departamento, en los que se fundamenta nuestra apuesta turística “Huila, un paraíso por descubrir”.
Tesalia, Paicol, Nátaga, La Argentina, La Plata, Iquira y Pital en el Huila, asi como Inza y Páez en el Cauca, también aprovecharon la gran oportunidad que esta Vitrina turística les brindo para darse a conocer ante el mundo, y asi consolidar un territorio que cada vez se hace más fuerte.
Los pueblos de nuestro país fueron los grandes protagonistas de Anato 2022, y muy seguramente, aquellos que le están apostando al turismo como una alternativa transversal a su desarrollo económico, se convertirán en muy poco tiempo en los pilares de una economía local que requiere de la integración de todos sus potenciales económicos, para ser más competitiva y trascendente.
El turismo tiene la capacidad de articular positivamente, todos los esfuerzos individuales que hacen nuestras zonas rurales por subsistir, y muchas de estas, como quedó demostrado en este importante evento, ya lo han entendido e incorporado a sus líneas productivas, sin necesidad de abandonar sus actividades tradicionales.
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Por: Hugo Andrés Rivera Collazos
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