Es fácil, muy fácil para algunos decir, quedémonos en casa para prevenir el coronavirus; pero, para otros, resulta mucho más complejo y hoy no se pueden dar el lujo de resguardarse.
Está claro que si no nos auto cuidamos, ni tomamos las medidas para prevenir este virus, va a ser muy difícil reducir el riesgo y aquí debe primar la salud y el bienestar de todos.
Pero, mientras anteponemos el bien común, ¿qué va a pasar con quienes viven y dependen de un ingreso diario, como los conductores de taxis, busetas, meseros y vendedores ambulantes?
¿Si ellos, se quedan en casa, quien los proveerá de ese ingreso vital para su familia?
Manejar un virus con plata, resulta mucho más cómodo.
Siguiendo el consejo de mi santa madrecita Deyanira, quien me dijo, hijo en estos momentos, lo mejor es guardar silencio y orar por todos; comencé por no decir, ni opinar nada al respecto para no caer en equivocaciones y opte por orar por aquellos que hoy se encuentran en esta disyuntiva: me cuido y no tengo para comer o no me cuido y llevo el sustento para mi familia
¿Usted cual escogería?
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Por: Carlos Andrés Vargas Tamayo – cvargast72@yahoo.es
@averiguelovarga
