Ser Pilo privatiza la educación Universitaria

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Libardo Gomez SanchezEn uno de esos rojizos atardeceres en las mesetas de Tame, Rogelio luego de finalizar la jornada de maneo y ordeño, se sienta en el umbral de la casa a hojear los textos que confía le ayuden a mejorar su puntaje en las pruebas de Estado, al culminar su bachillerato tuvo un resultado que le permitía ingresar a cualquier universidad pública, pero su familia no dispone de recursos para la manutención lejos del hogar, va a intentarlo nuevamente a ver si clasifica en el programa de “ser pilo paga” pues en su municipio un estudiante de cerca de seiscientos que se gradúan anualmente lo logró.

Su frustración es grande porque no requiere los diez millones que cuesta la matricula semestral en promedio en las universidades privadas, sino la garantía de un techo y alimentación y otros pesos para libros y gastos menores, la alternativa que ofrece el gobierno es un crédito con el Icetex, pues hace rato se niega a financiar adecuadamente la educación.

Los investigadores María Patricia Asmar Amador y Víctor Manuel  Gómez Campo, adelantaron un juicioso estudio sobre el programa en mención que el gobierno ha publicitado recurriendo a historias de vida para presentarlo como un acto de generosidad y de nivelación social inimaginable; sin embargo, la investigación concluye que con la inversión realizada en el SPP que atiende a diez u once mil jóvenes podría garantizarse el estudio a treinta mil en las universidades que forman parte del Sistema Universitario Estatal. Lamentablemente, muchas de estas sin acreditación institucional dados los niveles de des financiación a que han sido sometidas en los últimos años, añade la evaluación que cuatro cohortes de estudiantes pilos equivalen al total de las transferencias que en la actualidad se hace a todas las instituciones de carácter público y que atienden a más de medio millón de estudiantes.

La complicidad entre un grupo de instituciones privadas y el ministerio es evidente, la Universidad de los Andes por ejemplo abrió súbitamente varias Licenciaturas e inmediatamente se anunció un capítulo especial para financiar estudios en Licenciaturas por parte del rector máximo de la educación, el Ministerio.

Contrariamente, a lo que hacen las naciones con los mayores niveles de desarrollo en los que la Universidad pública se fortalece, se amplía la oferta regional y se subsidia a los jóvenes con precarias condiciones socio-económicas, aquí se reduce el presupuesto para las públicas y se transfieren recursos a las privadas vía programas fachada como el de SPP.

Por: Libardo Gómez Sánchez – libardogomez@gmail.com

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