Seis reglas de oro para acabar con la corrupción

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Oscar Emilio Antolinez Collazos

1. Deje de dar las gracias por las obras públicas:

Y no se ponga a endiosar políticos, todo lo que se hace en el Estado, obras, subsidios, planes de educación y hasta el sueldo de los funcionarios públicos, sale de los impuestos que pagamos, no necesitamos darle las gracias a nadie más que a nosotros mismos, lo que sucede es que nos hemos enseñado a esto porque los recursos son limitados y no alcanza para todos, entonces uno se siente privilegiado cuando se beneficia de algo que venga del Estado, pero mejor la próxima vez que vea a un político inaugurando una obra o repartiendo subsidios, dígale: ¡de nada señor!

2. Vote a conciencia:

Debemos dejar de votar por amiguismo, o por hacer un favor a un familiar, o porque nos van a ayudar con un empleo, con un contrato, o una casita, por más que le prometan téngalo por seguro, si un político le dice que si a todo es porque no va a cumplir. Lo mejor que podemos hacer es conocer los antecedentes del aspirante a elección popular, sus propuestas de gobierno, entre más aterrizadas sean estas mejor, para que no nos hagamos falsas expectativas, si ya es un político de trayectoria conozcamos que ha logrado por la gente, que proyecto de ley ha presentado y como ha votado en otros proyectos de ley que afecten a todos.

3. Dele la oportunidad a nuevas caras:

En Colombia como en muchos países la política es una profesión, hay gente que se dedica a eso casi toda la vida, incluso pasan su legado, votos y maquinaria a familiares o amigos de la misma rosca, convirtiéndose en feudos electorales y sus líderes en la nobleza colombiana a los que todo mundo rinde pleitesía. Hay gente que quiere hacer política, gente nueva, caras nuevas, profesionales en muchas ramas que podrían marcar la diferencia, si bien el juego de la política tiene sus vicios y en la práctica es difícil esquivarlos, su hay quienes con su seriedad hacen política y gobiernos serios.

4. Denuncie, no se quede callado:

Dejemos de callar, siempre se dice este político me pidió tajada, o fulano se enriqueció con sobornos, ese funcionario no me atendió bien, el guarda me pidió plata, ese policía mira para otro lado, el profesor es un morboso, pero se queda en eso, si vemos algo que no está bien, no tengamos miedo de denunciar, la sola denuncia intimida al deshonesto, al abusivo y al ladrón; si varios afectados denunciamos vamos a tener más fuerza para reclamar acciones eficaces por parte de los organismos de control.

5. Seamos solidarios:

No podemos pensar que solo nosotros tenemos necesidades, que las nuestras son prioritarias y las de los demás no, en nuestro país siempre vamos a encontrar, con toda seguridad, gente que necesita más que nosotros, no podemos pretender que toda la inversión se realice en un solo lugar, un buen gobernante debe priorizar las inversiones que beneficien a toda una comunidad y a los más necesitados. El favorecimiento es utilizado por el político corrupto para direccionar recursos a donde más le conviene.

6. Cuide lo público como si fuera suyo:

Un problema cultural de muchos colombianos es pensar que eso que vemos de la puerta de nuestra casa en adelante no es de nosotros y por ende nos importa, que eso es solo obligación del Estado, del alcalde o del gobernador, por eso nos encontramos con calles sucias, parques llenos de basura, ríos contaminados, pupitres dañados, paredes de escenarios públicos rayados, esto dice lo ignorantes que somos como ciudadanos y tengamos el valor de exigirle a otros que respeten los espacios públicos porque nos pertenecen a todos.

Así nos ahorramos plata, evitaremos que se inauguren y reinauguren obras, se eleven los costos de los contratos.

Por: Óscar Antolinez Collazos – oscarantolinez@gmail.com –
Twitter: @oscarantolinez

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