Ríos retoman cauce con muerte

499 views
3 mins read

La tristeza que nos embarga a todos los colombianos con la tragedia de Mocoa, donde cerca de 300 personas fallecieron y otro tanto están desaparecidas, como consecuencia de avalanchas torrenciales en los tres afluentes que atraviesan la ciudad, podría repetirse en alrededor de 400 municipios del país.

Todo porque el territorio colombiano está bañado, privilegiadamente, por una significativa red hídrica que suma más de 3.000 cauces, así lo confirma un estudio de la Universidad Nacional de Colombia.

Lo grave es que las cabeceras urbanas se han asentado en las rondas de protección de ríos y arroyos, por no decir, que están construidos irresponsablemente en lechos de los afluentes.

La problemática se remonta a épocas cuando los pueblos nacían a orillas de ríos. Las urbes crecieron sin control y planeación, pero sobre todo con la inconciencia colectiva del peligro inminente de ser consumidos por torrentes súbitas o avalanchas.

Aunque en la actualidad estamos sobre saturados de leyes que protegen el medio ambiente de esta invasión humana a los ríos, seguimos presenciando construcciones legales e ilegales sobre ríos y quebradas.

La vida de un ser humano no tiene precio. Hoy lloramos por una tragedia que pudo ser prevenida. Reubicar estas poblaciones costaría miles de millones de pesos. Pero pregunto ¿Cuánto cuesta recuperar lo afectado en Mocoa, o Campoalegre, Rivera y Algeciras, municipios del Huila, también afectados recientemente por lluvias. Insisto no tiene precio.

Las precipitaciones seguirán azotando atípicamente a todo el país, y en general a todo el planeta, por efecto del cambio climático, lo que desencadenará graves emergencias.

Los gobiernos hablan de la cultura de la prevención. ¿Por qué no actúan? Primero no dejando invadir, segundo, reubicando y tercero protegiendo y preservando el medio ambiente; suena muy bonito y fácil, pero del dicho al hecho hay mucho trecho. Mientras vemos acciones concretas, desafortunadamente seguiremos llorando este tipo de tragedias.

Por lo pronto, hacer el llamado para que las personas no construyan sus viviendas en estos sitios, porque más vale pagar arriendo que tener casa propia, con la certeza que algún día el río reclame su cauce.

Por: Fabio Gutiérrez – faguti2008@gmail.com

Deja una respuesta

Your email address will not be published.

Ir al contenido