Resiliencia con aroma huilense

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El pasado miércoles 30 de agosto se llevó a cabo en Bogotá un evento que reunió al Estado, el sector privado y las víctimas del conflicto en torno a la atención y reparación de estas últimas.

Dentro de la programación se incluyó un panel de “historias para contar” en la cual algunos microempresarios compartieron sus testimonios de vida y dieron cuenta de su capacidad de resiliencia. Estos microempresarios tenían en común no solo ser víctimas sino también el hecho de emplear a población afectada por el conflicto de todas las regiones del país.

Para mi sorpresa, una de las participantes de este panel era huilense. Se trata de Katherine Rojas, desplazada del municipio de Pitalito, y que con solo 21 años ha sido capaz de superar las dificultades que la violencia interpuso sobre ella y su familia.

Katherine creó la empresa Mommy Glam (www.mommy-glam.com) gracias a la formación educativa recibida en el SENA y al apoyo del Fondo Emprender, y actualmente genera 10 empleos en su marca destinada a confeccionar ropa para mujeres embarazadas.

Es un verdadero ejemplo de resiliencia, que es la capacidad de los seres humanos para adaptarse positivamente a situaciones adversas. Nada más adverso que abandonar el lugar de donde uno viene y por motivos ajenos a nuestra voluntad.

Y nada más positivo que emprender algún proyecto productivo en un país donde la creación de empresa es un obstáculo más que una oportunidad. Sobre todo si se tiene el enfoque diferencial hacia quienes más lo necesitan, en este caso, las víctimas, que mal contadas, ya van en 8.000.000 de personas.

Katherine simboliza la tenacidad de la mujer huilense y colombiana, la fortaleza con la cual asume la vida y las ganas de construir un mejor país. En su intervención, hizo énfasis en hacer parte del cambio y en liderar proyectos en beneficio de la sociedad.

Con gran elocuencia, le dio cátedra a todo un auditorio sobre el potencial que tienen las víctimas de este país para salir adelante y agradeció al gobierno por brindar espacios de inclusión social, que aunque no son suficientes (y esta es una apreciación mía), sí le permiten a muchas personas tener una vida digna.

Qué bueno es ver en la capital colombiana, experiencias de vida que visibilizan a las víctimas de este conflicto interno. Es claro que existe un talento invaluable que está disponible para beneficiar a la sociedad. Katherine es prueba de ello.

Por: Juan Corredor García – juan.corredor@urosario.edu.co
Twitter: @thuandavid10

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