Uno de los argumentos que esgrimen los promotores del no al plebiscito tiene que ver con la anunciada reforma tributaria que el gobierno va a presentar a consideración del congreso una vez los electores acudan a las urnas a refrendar o desaprobar los acuerdos que hoy se suscriben en Cartagena con la guerrilla de las FARC en presencia de jefes de estado y miembros de organismos internacionales como la ONU.
Aseguran los opositores a los términos de la negociación que la nueva cascada de impuestos obedece a los compromisos económicos asumidos con la guerrilla y para los que no se dispone de presupuesto, quienes conocen de finanzas públicas saben que dicha aseveración carece de todo fundamento pues es tal la crisis en los fondos públicos como consecuencia de la desastrosa política económica y de libre comercio que funciona desde los inicios de los ochenta, que la iniciativa de gravar a las clases medias para reducir la participación contributiva de los grandes capitales y los monopolios indistintamente del triunfo del sí o el no será echada para adelante como recurso desesperado del gobierno para reducir el enorme hueco fiscal que amenaza seriamente el funcionamiento del aparato estatal y la inversión.
Una vez se apruebe la desmovilización del mayor grupo guerrillero que opera en el país, el debate tendrá que adelantarse a la luz de la realidad, difícil será para la Unidad Nacional y el Centro Democrático, que finge ser oposición, ocultar su identidad en el congreso aprobando nuevos impuestos como el incremento del IVA y la reducción de la base tributaria para obligar a más colombianos de bajos ingresos a pagar renta, pues obedecen estas bancadas a los mismos intereses que han propiciado el reforzamiento de la ley 100 en salud que tiene al borde del colapso todo el sistema público hospitalario por los impagos de las EPS en manos del capital financiero al que amparan el ministro de salud y altos funcionarios del gobierno como el Fiscal general y hasta un hermano del vicepresidente contratista estrella de la extinta Saludcoop.
Son los mismos que han aprobado los TLC con Estados Unidos y Europa que han facilitado la importación de alimentos que podemos producir y que arruinan a nuestros agricultores y el TLC con Corea que liquidará nuestra industria de ensamblaje y línea blanca botando a la calle a miles de trabajadores, después del 2 de Octubre tendremos que hacerle frente a la manguala ‘santouribista’ en el Congreso.
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Por: Libardo Gómez Sánchez – libardogomez@gmail.com
