Dirigente obrero, fundador y primer secretario del sindicato petrolero “Unión Sindical Obrera ( USO)”, vigente todavía; primer periodista proletario que cargaba a lo largo del río Magdalena, de Neiva a Barranquilla, su propia imprenta para editar sus periódicos en cada puerto y agitar así la organización popular y luchar por sus derechos más elementales, entre ellos la consigna de los tres 8: ocho horas de trabajo, ocho de estudio y formación, y ocho de sueño y lúdica; protagonista en la tragedia de la Masacre de las Bananeras; fundador con María Cano, Ignacio Torres Giraldo y otros dirigentes proletarios de los años 20 del siglo XX, del Partido Socialista Revolucionario, germen del partido Comunista actual, el tolimense, del Guamo, Raúl Eduardo Mahecha, esperaba un homenaje digno de su memoria, que le acaba de rendir el filósofo santandereano Carlos Nicolás Hernández, en libro con el título “El Luchador Mahecha” presentado hace pocos días en Neiva.
En una edición de lujo, de gran formato, en pasta dura, profusamente ilustrada, el libro de Carlos Nicolás Hernández, hace el primer auténtico retrato del dirigente obrero grantolimense, con documentos familiares y casi íntimos que se dan a conocer por primera vez; con aportes importantes sobre el nacimiento histórico no solo de la clase obrera colombiana, sino de sus organizaciones sindicales y políticas, pero con serios lunares que no demeritan en general la obra y pueden ser subsanados en una segunda edición que sin lugar a dudas merece.
Esbozamos algunos de ellos:
A pesar de que se citan en sus páginas varios libros, no trae una bibliografía completa, ni citas de pie de texto, lo cual le quita rigor. Salta a la vista, además, que el autor no revisó la mayor parte de la bibliografía existente ya en Colombia sobre la historia de la clase obrera, María Cano y el Partido Socialista Revolucionario, que el habrían permitido ubicar con mayor precisión el papel de Mahecha en esa historia.
Parece que el autor quiere revelar una relación amorosa entre Raúl Eduardo Mahecha y María Cano, que ninguno de los biógrafos mejor informados de la Flor del Trabajo antioqueña, insinúa siquiera. Hernández no aporta un solo documento para su novela romántica, que apenas “demuestra” con los supuestos “celos” del único amante, no “pasajero”, sino fiel hasta su muerte, el dirigente Ignacio Torres Giraldo, autor de “Los Inconformes”, citado por Hernández, pero no aprovechado suficientemente.
A ese propósito, el hijo de Torres Giraldo, criado por María Cano, el crítico y ensayista Eddy Torres, no estuvo nunca “en el vientre de María”, pues ella era estéril, y Eddy, hijo biológico de la primera esposa de Ignacio…
Habría sido bueno que Hernández hubiera estudiado más a fondo la relación de Mahecha con el Huila, y habría descubierto que más que con José Eustasio Rivera tuvo relación con Reynaldo Matiz, dirigente de los bogas del Huila y asistente al Congreso fundacional del Partido Socialista Revolucionario.
Finalmente, el primer presidente liberal del siglo XX en Colombia, fue ENRIQUE Olaya Herrera y no “Benjamín”…
Pero estos son lunares de un buen libro. Palabra que sí.
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Por: Delimiro Moreno – morenodelimiro@gmail.com
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