Hace un año para esta época muy pocos o de pronto nadie se imaginaba que la recta final a presidencia de Colombia, sería protagonizada por dos hombres totalmente antagonistas, uno de derecha y el otro de izquierda. Claro está que en la realidad ninguno de los dos son de extremas radicales.
Lo cierto es que por encima de todos los pronósticos y análisis de avezados politólogos que no daban nada por Duque ni por Petro; Duque se quedó con la “medalla de oro” como Presidente y Petro en segundo lugar con la “presea de bronce” como Senador. Para los “expertos” la final presidencial sería entre Vargas Lleras y Sergio Fajardo.
Y qué decir de Ernesto Macías, pues en el Huila ya nos habíamos acostumbrado a los mismos de siempre. Nadie se imaginaba que Macías en franca lid se ganaría un escaño en el Senado y que luego sería elegido como su Presidente. La dinámica política aquí sí que funcionó.
Macías es sin lugar a dudas el personaje más connotado en el Huila. Su liderazgo político hoy le permite estar en contacto directo con el jefe de estado e influir en él modelo político y económico del país.
Tiene en sus manos sí así lo quiere, la dirección de instituciones del resorte nacional y puede incidir directamente en los diferentes proyectos de desarrollo local. La dirigencia huilense lo mejor que puede hacer es trabajar de la mano con el nuevo jefe político regional, pero además reconocerle su liderazgo. ¿Y ahora qué sigue?
El Presidente Duque sabe que es lo que tiene que hacer por su País y para su País. Al pueblo colombiano no le importa a quien se pueda parecer físicamente su Presidente, y menos que le estén echando cuentos tipo duende al oído. A la gente le interesa es: que el gobierno ponga en cintura de inmediato a las EPS que se están robando la salud y la vida del pueblo colombiano.
Que al campesino se le arreglen sus vías secundarias y terciarias, se le suministre agua potable. Que se modernice la infraestructura educativa. Que el internet no sea privilegio de unos pocos adinerados, que sea para todos. Que se habrá la posibilidad de adquisición de tierra y vivienda para los que no la tienen. Y que se proteja y garantice el derecho a la educación y a la vida.
Reflexión: El cambio lo producen los poderosos, los intelectuales lo anticipan, los inteligentes lo aprovechan y a los mediocres se los traga el cambio.
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Por: Miguel Rodríguez Hortúa – miguel.rh12@hotmail.com
Twitter: @miguel_rh12