Los hechos de corrupción en nuestra vituperada nación no paran de aflorar y aunque hayan días de tranquilidad y sosiego noticioso con respecto a estos temas, siempre hay cosecha como en esta última semana en que fueron develados varios hechos criminales por parte de funcionarios públicos de gama alta que bien todos conocen y son tema de conversación en salas de chisme y mesas de comedor.
La captura del Director Anticorrupción de la Fiscalía General de la Nación es tal vez el hecho más bochornoso en cuanto a escándalos por corrupción se refiere, pues este joven abogado, con más historias que años, resultó ser de esos personajes siniestros que nacen con la letra menuda aprendida y que se convierten en unos diestros a la hora de colarse, mimetizarse y sacar fruto para su egoísta y turbio beneficio.
Muchos son los goles que se meten en la burocracia colombiana y por ello es que en puestos en los cuales se requiere de probada reputación y prestigio demostrado por la probidad del ejercicio profesional que se exige a quienes debieran ejercer dichos encargos, es necesario generar blindajes que garanticen que aquellos que logren escalar allí cumplan verdaderamente con esos requisitos de rectitud y ética, lo cual no sucede en la mayoría de los casos.
En el asunto específico de Luis Gustavo Moreno se deja entrever las grandes falencias existentes en cuanto a la falta de aplicación de filtros de selección y escogencia para el nombramiento de funcionarios de este rango y responsabilidad.
Y pasando a otro punto, la captura de Gustavo Villegas Secretario de Seguridad de Medellín, por presunta relación y vínculo con la llamada “Oficina de Envigado” es otro hecho que sorprende no solo a los antioqueños sino a todos los colombianos, pues este personaje ha sido funcionario estrella no solo de la actual alcaldía de la ciudad de eterna primavera encabezada por Federico Gutiérrez, sino que fue igualmente una de las personas más cercanas al actual precandidato presidencial Sergio Fajardo, cuando éste fuera alcalde de la misma ciudad.
Cómo una acusación tan compleja toma por sorpresa a dos curtidos políticos paisas de trayectoria y rose político y social, ese no es un asunto fácil de esconder y los que saben de estos temas de marrulla y tramoyo son conscientes que el tema ya era ventilado en voz baja desde hace mucho tiempo, lo cual presuntamente no era ningún secreto ni para el impoluto Federico y mucho menos para el virtuoso Sergio.
Y por si fuera poco, la captura del Contralor de Antioquia Sergio Zuluaga Peña por el caso del «carrusel de la cirugía plástica», pues nos deja aún más boquiabiertos pues de todos se puede esperar que sucumban ante la tentación de lo ajeno, ¿pero el Contralor?, por Dios ese es otro cuento.
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Por: Hugo Fernando Cabrera Ochoa – hfco72@gmail.com
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