¡Oh!… ¿Y ahora quién podrá ayudarnos?

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Mientras Estados Unidos con Donald Trump a la cabeza, le muestra los dientes a sus contendores armamentistas, Corea del Norte, Medio Oriente, Rusia y China, el mundo entero clama a Dios para que ilumine a estos líderes internacionales para que entren en razón y dejen a un lado sus egos de hombres poderosos.

Todos sabemos que Estados Unidos de Norte América es el más fuerte de todos los estados en cuanto a poder bélico y aunque ha sido blanco de brutales ataques como el del inolvidable 11 de septiembre de 2001, también sabemos que estos ataques han sido a mansalva porque a esta poderosa nación es casi imposible atacarla de frente sin salir mal librados.

Las noticias diarias en las que Corea del Norte desafía a la gran nación, con el apoyo incondicional de Rusia y China, no paran de emitirse, lo cual pone en vilo a muchos países como Corea del Sur, aliado de Estados unidos y México por ser vecino del mismo, aunque ahora no tan amigos, ni tan unidos.

La situación en momentos parece encenderse más y en otras oportunidades parece apaciguarse, pero en realidad lo que se vislumbra es que hay un interés por mantener enaltecidos los ánimos y despierta la atención mundial por este tema tan importante como es el inicio de una posible guerra nuclear o bien llamada tercera guerra mundial.

Supongo yo que países amigos a estas naciones deberán estar mediando para que prime el diálogo antes de la confrontación, pues para absolutamente nadie es un secreto que una guerra de esas características y tamaño podría afectar a todo el planeta, generándose un caos de toda índole.

Caracol publicó en las últimas horas que «Si Estados Unidos se atreve a recurrir a una opción militar, la República Popular Democrática de Corea está lista para reaccionar a cualquier tipo de guerra”, declaró el embajador norcoreano Kim In Ryong, en una conferencia de prensa celebrada al término de una asamblea de las Naciones Unidas.

«Tendremos la más dura reacción contra los provocadores», agregó el diplomático.

La declaración se produjo luego de que el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, advirtiera a Pyongyang sobre no poner a prueba la «determinación» de Washington.

Mientras el tire y afloje continúa andando y los poderosos se miran frentiarrugados como queriéndose mentar la madre con el respaldos de bombas termonucleares, el resto del mundo grita a voz desgarrada en cuello.

¡Oh!… ¿y ahora quién podrá ayudarnos?

Por: René Cantillo Álvarez – renedcantillo1@hotmail.com

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