Que no nos venga ahora a tramar el señor Juan Carlos Patarroyo Cordoba, con el cuento de que existe la posibilidad de vender al Atlético Huila a unos empresarios del departamento del Caquetá.
Lo menos que queremos en estos momentos, es que el dueño del Atlético Huila nos salga con sofismas de distracción, para desviarse del tema y evitar las críticas de la afición, ante el pobrísimo rendimiento futbolístico de su equipo en la Liga Águila II-2016.
En estos momentos, lo que necesita el Atlético Huila es la presencia de un presidente con un espíritu de liderazgo, que transmita seguridad y poder de convencimiento a sus empleados (cuerpo técnico y jugadores) para llevar a este equipo a posiciones de honor.
Los pretextos, las excusas y los lamentos no nos llevan al éxito, y son las herramientas que utiliza el mediocre para evadir sus responsabilidades.
Llegó el momento de que el presidente Patarroyo demuestre de que está hecho y que actúe como un verdadero dirigente deportivo.
Ahora, sí quiere vender el equipo, que lo haga; al fin y al cabo, el mismo presidente Patarroyo en una entrevista radial aseguró que él no vive del fútbol; en consecuencia, Patarroyo debe definirse y concretar, porque de lo contrario llegó la hora de dar un paso al costado, para que empresarios del país que si quieran vivir del fútbol, consoliden una verdadera empresa en este deporte y logren alcanzar importantes resultados competitivos.
Señor Patarroyo, por el amor de Dios, a estas alturas del partido, los huilenses no estamos pa’cuentos chinos.
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Por: Carlos Andrés Vargas Tamayo – @averiguelovarga
