No quiero que me vayan a mal interpretar cuando digo que “Neiva necesita una revolución”, la expresión contiene la mejor de las intenciones pues la utilizo señalando la necesidad imperante de un cambio o transformación radical en muchas de las acciones que se despliegan desde la administración municipal y que no han permitido durante las últimas décadas una verdadera transformación de este territorio, motivada desde lo público, sino que lo que se ha visto es un estancamiento absoluto, pues los avances son muy lentos y no se alcanzan a percibir verdaderamente.
Neiva necesita una revolución educativa. Nuestra ciudad requiere un cambio educativo provisto de participación comunitaria, que avance hacia la cobertura universal, la buena calidad con acceso democrático. Una educación crítica, científica, ética, tolerante con diversidad y comprometida con el medio ambiente.
Teniendo en cuenta cinco temas esenciales que reconoce el mismo Ministerio de Educación Nacional y que hacen referencia a la cobertura, la calidad en toda la extensión de la palabra y de la cual hablé en una columna hace unas semanas; pertinencia laboral, capacidad técnica e investigación.
Neiva necesita una revolución en infraestructura, con vías totalmente pavimentadas y óptimas para el tránsito de vehículos en un sistema de transporte público bien diseñado. Más y mejores colegios, bibliotecas, parques, puentes peatonales bien planificados, andenes y senderos para la gente, una terminal de transportes funcional y un aeropuerto de carga y pasajeros al nivel de los mejores del país, todo en medio de políticas públicas enmarcadas en la transparencia y en interacción con el medio ambiente.
Neiva necesita una revolución tecnológica, competitiva y de innovación, logrando importantes alianzas entre el gobierno, la academia y la empresa privada, reconociendo la importancia de cada uno de estos tres actores en el proceso de transformación de este territorio, optimizando los recursos, haciendo buen uso de ellos, sin permitir que los dineros destinados para estos fines se desvíen hacia los bolsillos de los ejecutivos de turno.
Neiva exige una revolución en cuanto al turismo. Del discurso no se ha pasado en todos estos gobiernos cuando se trata de esta importante y rentable industria sin chimenea, y frente a este asunto se debe hacer el mayor esfuerzo pues es gran generadora de empleos y dinamizadora de toda la economía. Es importante dar un gran salto en este tema para trascender verdaderamente sacando el mayor provecho a todas las ventajas comparativas que tiene nuestra región y que no han sido explotadas de la debida forma, en beneficio de toda la comunidad.
Requerimos de una revolución en cuanto a la seguridad, garantizando acciones sociales que disminuyan este flagelo, pero además apoyando a la fuerza pública en su accionar frente a este grave problema que nos agobia a todos.
Es importante ser conscientes de todos estos puntos y por ello hago un llamado a la cordura y a la sensatez para no dejarnos llevar de populismos que nos pueden conducir a gobiernos desastrosos, pensemos, analicemos y actuemos en beneficio de toda la comunidad.
Aquí no hay lugar para órdenes de caciques políticos que se benefician de manera egoísta, aquí manda el pueblo que reflexiona y actúa con inteligencia, porque en realidad Neiva necesita una revolución.
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