Es cada vez más evidente la influencia del Turismo, como factor motivador en los jóvenes, para crear nuevos emprendimientos relacionados de manera directa o indirecta con su operación.
Turismo rural y agroturismo, Turismo de naturaleza y aventura, entre las actividades directas, y agroindustria, manufacturas, arte y cultura, como actividades indirectas, son las preferidas por las nuevas generaciones para desarrollar nuevos proyectos que se relacionen de manera estratégica con esta creciente industria regional.
Y es que la principal atractividad para que los adolescentes se interesen por este tipo de actividades, es la oportunidad que con ella tienen de conocer, a través de su trabajo, personas y experiencias de otras regiones, con quienes intercambiar iniciativas y sueños, además de la amplia posibilidad de que estas se conviertan en su estilo de vida y sustento económico.
Las industrias del ocio y el entretenimiento, como se denomina al Turismo en otras latitudes, permiten a estas nuevas generaciones de personas con visión global, el crear, desarrollar y proponer negocios, que no solo beneficien su economía, sino que a su vez los integren con el mundo de una forma dinámica y amena.
Por ejemplo podríamos resaltar como este tipo de actividades, han beneficiado el relevo generacional en el sector agropecuario, evidenciando que muchos de estos jóvenes, que habían perdido el interés por el desarrollo de actividades de este tipo; como las ganaderas, piscolas o agrícolas en sectores como el café, cacao, entre muchos otros de nuestros productos primarios; ahora han retomado dicho interés, por considerarlas como fundamento importante, para el desarrollo, diversificación y crecimiento de esas fincas familiares, que antes solo eran empleadas por ellos como sitios de descanso, pero apartados completamente de la actividades económicas primarias desarrolladas en estas áreas rurales.
En sectores como la gastronomía y las artesanías, sucede igual. Diferentes tareas tradicionales, como la preparación de platos típicos, o la elaboración de productos en técnicas ancestrales como los tejidos o el barro, hoy han recuperado su interés para los jóvenes, como una forma de mostrar y resaltar nuestras tradiciones a esos visitantes y turistas, que las valoran enormemente. De igual forma las artes como la pintura, y el desarrollo de el muralismo, ha crecido en interés para esa población, como una forma de crear esos tan llamados destinos “instagrameables”, altamente preferidos por quienes visitan nuestros pueblos; o actividades como la música y las danzas, que han vuelto a activar el desarrollo de escuelas de formación locales, donde su participación es cada vez más activa.
Y es que todas estas consideraciones, tienen un solo propósito, y es lograr que las nuevas generaciones se sientan orgullosas de esas actividades tradicionalmente desarrolladas por sus padres y abuelos, y que se han trasmitido de generación a generación, pero que en los últimos años estaba en grave riesgo de ser interrumpidas.
Los jóvenes son el motor del turismo, pero además son la garantía de la continuidad de muchas otras actividades económicas de extracción y de transformación, que, si las vinculamos de manera interactiva a esta apuesta productiva, crearán un mayor interés para estas nuevas generaciones, que buscan desarrollar oportunidades económicas sin sacrificar la diversión, el ocio y el esparcimiento.
HUGO ANDRES RIVERA COLLAZOS
Administrador de Empresas – Universidad Surcolombiana
Especialista en Planificación de Destinos Turísticos – Universitat Oberta de Catalunya