Las dos cartas de Santos

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Dada la incertidumbre que ronda respecto a la participación de la ciudadanía en los próximos comicios, hastiada de noticias sobre corrupción y la insufrible quiebra de la economía, la dirigencia política tradicional, viene apelando a diversas estrategias para mantenerse en el control del aparato burocrático del Estado, la mas trillada en los últimos años, ha sido la promocionada controversia entre la Unidad Nacional y el Centro Democrático, alrededor del proceso de Paz, que les ha servido para posar como diferentes, a pesar de que en todos los temas cardinales de la vida nacional,  que tienen que ver con la Salud, la educación y el trabajo están perfectamente alineados.

En gira que realizáramos el pasado fin de semana con Aurelio Suarez, candidato al Senado de la República por el Polo Democrático, la malicia indígena propia de nuestras gentes del campo salió a relucir, a propósito de la consulta liberal del domingo y que tenía cantada la proclamación de Humberto de la Calle; un cafetero de pura cepa en el municipio del Pital, nos afirmó que el engaño fraguado por Santos consistía en jugar a dos bandas.

Por una parte su candidato Germán Vargas Lleras se presenta como corrido a la derecha para morderle electorado al acuerdo del Centro Democrático, con un ala del Partido Conservador y por el otro el candidato Liberal, rodeado de Clara López, Petro y la Marcha Patriótica, para darle un tinte izquierdoso, con el propósito de sustraer electorado a la Coalición por Colombia, conformada por Fajardo, Claudia López y Robledo; es decir, pretende llegar a segunda vuelta con dos caballos manejados por el mismo dueño.

Dadas las mañas y la habilidad de las familias que han manejado al país en los últimos cien años, no parece descabellada la cábala del productor, porque revisados los bocetos de programa expuestos por estos candidatos del establecimiento, anuncian la profundización de las mismas políticas que han gobernado en las últimas décadas y que nos tienen en una crisis sin precedentes.

La capacidad de mimetizarse como el camaleón podría en esta ocasión, darle con un portazo en la nariz, a quien a pesar del protuberante espíritu que reina respecto a la protección del medio ambiente y los recursos como el agua, se atreve a desafiar al país negociando a sus espaldas, santuarios como el páramo de Santurbán, con los magnates del petróleo de los Emiratos Árabes un negocio en que nos imaginamos como va él y los suyos.

Por: Libardo Gómez Sánchez – libardogomez@gmail.com

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