El turismo como actividad económica, se ha convertido en una de las mayores potencialidades de desarrollo económico para todas y cada una de las regiones de nuestro país, sin entrar en conflicto con las actividades y vocaciones primarias que en ellas se desarrollan, debido a la gran versatilidad para adaptarse a cualquier tipo de operación productiva, social y cultural que se esté trabajando en los entornos locales.
La industria turística, es por mucho, una de las actividades que más aporta al desarrollo económico de los territorios, en temáticas como emprendimiento y empresarismo, generación de empleo, circulación económica, promoción y competitividad.
Su fácil y oportuna adaptabilidad a casi cualquier tipo de ejercicio socio-económico, permite que no solo aporte al crecimiento del mismo, sino también apoye su fortalecimiento y divulgación, como experiencia exitosa. A diferencia de muchas otras áreas de la productividad, el turismo no “remplaza” sino que complementa, y permite que el empresario; de cualquier ubicación: urbana o rural, cualquier tamaño: micro, pequeño, mediano, grande, o de cualquier tipo de segmento económico: Primario o de extracción, secundario o de transformación, o terciario o comercial y de servicios; tenga acceso a una oportunidad de sostenibilidad, crecimiento, y desarrollo, sin ir en contravía de su actividad productiva tradicional.
Como ya sabemos, actividades como las agropecuarias y sus desarrollos agroindustriales, son perfectamente acoplables al turismo, demostrado con casos exitosos de proyectos sostenibles y sustentables, que involucran temáticas de Turismo Rural y Agroturismo; de igual forma percibido en actividades industriales y de manufacturas, en su relación con el Turismo empresarial y académico; y en temáticas socioculturales como la religión, la cultura y la salud, claramente asimiladas en productos y proyectos turísticos con esta misma denominación; entre muchos otros ejemplos.
Es tanta la versatilidad de esta actividad, que, aunque parezca ambiguo, hasta hechos “fatídicos” pueden transformarse en oportunidades para este sector. Por ejemplo, en muchas regiones del mundo se hace referencia, en un marco turístico, a situaciones acaecidas en relación con hechos violentos o trágicos, no con el ánimo de promoverlas, sino al contrario, de conocerlas, profundizar en sus orígenes y consecuencias, pero principalmente dando un mensaje claro y contundente de no repetición.
La naturaleza, la arquitectura, la agricultura, el sector pecuario, la minería, la cultura, la salud, la religión, la educación, la tecnología, la historia o incluso hasta la tragedia, entre muchas otras temáticas de la cotidianidad, pueden tener una connotación en lo turístico, que complemente su desarrollo y brinde a sus potenciales desarrolladores, empresarios, emprendedores o destinos, la posibilidad de adoptar las bondades del turismo a su funcionalidad, perfeccionando su desarrollo y divulgando y promoviendo sus fortalezas.
Es vital para el desarrollo del sector turístico, la identificación de todas y cada una de estas oportunidades de complementariedad, existentes en todos los entornos locales, pero sobre todo reconocer el papel estratégico de esta industria y su aporte para fortalecer las vocaciones socioeconómica primarias de los destinos, brindando una alternativa importante de generación de nuevos ingresos para quienes trabajan en ellas.
Otro aporte valioso, es la vinculación de los jóvenes, a través de su participación activa para el desarrollo de este tipo de ejercicios, generando una solución inmediata, a la ausencia de un “relevo generacional”, una de las mayores problemáticas que afronta la consolidación de la productividad local, y que tristemente se visualiza con frecuencia, en la mayoría de las principales actividades económicas de nuestra región.
Identificar absolutamente “todos” los recursos locales, convertirlos en atractivos y preparar a todos los actores de la cadena de servicio turística, para que, con base en estas temáticas, desarrollen productos turísticos innovadores y competitivos, es uno de los principales retos de los responsables de la planificación turística Departamental, si queremos llegar a ser un destino de talla mundial.
Por: Hugo Andrés Rivera Collazos
Administrador de Empresas – Universidad Surcolombiana
Especialista en Planificación de Destinos Turísticos – Universitat Oberta de Catalunya
Correo: hrivera.consultores@gmail.com – Twitter: @hugoandres1975
