A raíz de la discusión de los últimos días sobre las acusaciones mutuas entre el expresidente Uribe y el columnista Daniel Samper Ospina, debatíamos con un muy querido familiar, (uribista radical, de estrato y nivel alto), sobre los hechos que dieron lugar a la controversia pues yo le manifestaba que consideraba las acusaciones del expresidente salidas de tono y foco.
Como es de esperar en este tipo de asuntos, no nos pusimos de acuerdo y preferí dejar la discusión antes de generar algún inconveniente con mi apreciado familiar, no obstante, ayer recibí un grotesco video en el que siguen las acusaciones de ‘violador’ sobre Samper Ospina, lo que me hizo reflexionar y pensar sobre lo mal que esta nuestra sociedad y los exagerados niveles de falta de respeto e intolerancia a la que hemos llegado.
Reconozco que Samper Ospina es irrespetuoso y que algunas veces se pasa en sus comentarios y columnas, respecto de personajes entre los cuales esta, Uribe Vélez, Paloma Valencia, Macías y otros exponentes del uribismo, pero también, lo hace con Santos, Roy Barreras, Cristo y otros tantos Santistas.
Ese es su oficio, burlarse de la gente y en esa labor, insisto, a veces se excede, molesta y ofende a muchos con sus burlas y comentarios, no obstante, eso no es óbice para hacer las imputaciones y acusaciones que hace Uribe y sus seguidores, respondiendo a una falta de respeto de Samper Ospina con otra agresión peor.
Conozco a Daniel Samper, mis hijas son compañeritas de colegio y amigas de sus hijas, nos vemos en el pequeño Colegio en el que estudian y doy fe de su integridad y decencia, aunque no comparto su falta de respeto en algunas de sus columnas, me parece absurda la acusación recibida y toda la afrenta que ha tenido que soportar.
El hecho de que una persona como mi familiar, de un elevado nivel social e intelectual, le haga juego a este tipo de cosas, hace que a veces pierda la esperanza de vivir en un país tolerante y en paz, pues después de la falta de respeto, viene el insulto y después del insulto la agresión y todo termina en violencia y me resisto a que mis hijos y nieta tengan que seguir viviendo en un país donde no respetamos y la violencia es pan de cada día.
En el 2010 traté de convencer insatisfactoriamente a este mismo familiar que apoyara a Mockus y no a Santos, no obstante, como Santos era el candidato de Uribe, fue imposible convencerlo que el profesor Antanas era lo que necesitaba el país, ganó Santos, y mire donde vamos.
Por favor, no nos equivoquemos más y elijamos dirigentes que respeten a todos por igual, que hablen de Educación, Innovación y ataquen de frente la corrupción.
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Por: Diego Muñoz Marroquín
