En la densa oscuridad de la noche en medio de las asoladas colinas se escucha el bramido desesperado del ganado agobiado por el hambre y la sed, sus alzadas famélicas apenas pueden sostener las jorobas de una espalda que no logrará la finura del lomo viche; en el día la inclemencia del verano pareciera sumir los cafetales en un rictus de tristeza pues las cerezas avenadas por la escasez de agua parecen lánguidas lágrimas adosadas a las verdes ramas que se resisten a morir, pero que carecen de la sabia que demandan los frutos para lograr la lozanía que habitualmente ofrecen los granos en su madurez para brindar el incomparable aroma de un café excelso.
Cuadros que ilustran la tragedia que se vive en el agro nacional que apenas inicia el tránsito por la ultima de sus recurrentes crisis desde que se inauguró el libre comercio en Colombia y que tiene otra cara de la moneda en las mesas de los hogares de las concentraciones urbanas, en donde el precio de los alimentos ha desbordado cualquier previsión amenazando el sustento de las familias, importes afectados por la devaluación del peso frente al dólar moneda con la que hay que pagar las toneladas de comida que hay que importar para suplir la que se dejó de sembrar para satisfacer las demandas de los países con los que se firmaron TLC.
Mientras tanto el gobierno en contravía de la realidad y sin pudor alguno se resiste a admitir el fracaso de la locomotora minero energética de la que tanto alardeó en sus épocas de bonanza de precios, el ocultamiento en general del descalabro de su política económica persiste y en lugar de revertir lo que la realidad le probó solo funciona para el bolsillo de unos pocos se empeña en continuar por el mismo camino.
Al tiempo el agro en donde podría encontrar un terreno propicio para generar riqueza y trabajo lo mantiene en su secular abandono y persiste en generar titulares con los que pretende engañar al público, porque los agricultores saben que la promesa de comprar pasilla al precio de pasilla no es ninguna ayuda, ni reestructurar créditos vencidos aumentando la deuda con los intereses impagos eso si abonando primero los honorarios de los abogados parásitos de las entidades financieras son solución para quienes labran la tierra o levantan especies pecuarias en un ambiente adverso por los altísimos costos de los abonos, el transporte, la energía eléctrica, el crédito cuando se consigue y con un mercado interno tomado por la producción extranjera.
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Por: Libardo Gómez Sánchez – libardogomez@gmail.com