La alegría de trabajar en Colombia

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Teniendo en cuenta el elevado nivel de desempleo en nuestro país, y las populistas reformas que se ven venir en materia laboral, tenemos un panorama triste y desolador para los trabajadores, especialmente para los que laboran la jornada legal máxima por el salario mínimo.

Ubicarse laboralmente en nuestra región es complicado, hay que empezar por enfrentarse con un panorama donde son habituales frases como “no nos llame, nosotros lo llamamos” y donde surge  ese círculo vicioso de “no tengo trabajo porque no tengo experiencia y no tengo experiencia porque no tengo trabajo”, y si logra conseguir uno, le pagan el mínimo porque “es que está recién graduado”; pero “algo es algo” diría nuestra voz interior de colombiano aguerrido y echa’o pa’ lante.

Y como en la viña del Señor hay de todo, pues hay buenos empleadores y otros no tan buenos, hay de esos a los que el trabajador les importa muy poco, y su único dios es el dinero y nada más; esos que odian los días feriados, porque son días que están pagando pero que el empleado no está produciendo.

Esos que les encantan los trabajadores que se regalan en la empresa, bajo el manto de “lealtad, amor y compromiso con la misma” y entonces se quedan después de la jornada, van a trabajar los sábados en la tarde, y hasta los domingos con tal de agradar a su jefe, para que después éste no ande diciendo que  “le falta amor por la empresa, le falta entrega” y uno dice, ¿En serio amor por la empresa?, ¿Entrega?, ¿Acaso no se dan cuenta que en realidad el trabajador vive en su trabajo y va de visita a la casa?

O esos patrones materialistas, que reciben una llamada tipo: –Patrón, José se volcó con el camión de la leche, -¿Yendo o viniendo? –Yendo patrón –Vida verraca hermano, ¡Se perdió la leche!

Por ellos fuera, que el trabajador no tuviese familia, ni que se enfermase nunca, y que siempre le contestara hasta los mensajes de WhatsApp.

¿Dónde queda el tiempo de calidad que el trabajador debe compartir con sus seres queridos? aquí el bienestar del trabajador se limita a concederle las vacaciones (y eso porque la Ley así lo ordena) y enviar el personal de la ARL para hacer pausas activas, y si el trabajador reclama mejores condiciones, muy seguramente la respuesta de su empleador será: “eso es lo que hay y si no le sirve renuncie, que hay gente haciendo fila y más agradecida que usted, esperando ocupar su puesto, agradezca que le damos la oportunidad de ser explotado por nuestra empresa a cambio de un ínfimo salario” y no hay mejor motivación para continuar en un mal trabajo que una gran deuda y una familia numerosa que mantener.

Por eso señor empleador, sea un poco más humano y consciente de las necesidades de sus trabajadores, vea que de ellos depende en muchos ámbitos el éxito de su empresa, no sea cosa que el día de mañana algunos se aburran de usted, decidan independizarse y montar una iglesia a la cual usted quizás termine yendo a rendir culto.

Por: Jhon Jairo García García – jhonjairo12a@gmail.com
Twitter: @jhonjairo_12

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