Son muchos los actos de traición a la Patria acumulados por la clase dirigente de este país, algunos más evidentes que otros como el despojo que permitiera el presidente José Manuel Marroquín a comienzos del siglo pasado de lo que hoy es Panamá, que correspondía a una porción del territorio nacional y en el que se construyó el canal interoceánico controlado inicialmente por los Estados Unidos, obra de tal magnitud que ha generado recursos para la viabilidad de esa nación por un siglo y que mereció el reconocimiento de una pírrica indemnización en 1921 por parte del gobierno norteamericano, fue tal la desfachatez de Marroquín que respondió a sus críticos con la tristemente frase “me entregaron una república y yo les entrego dos”.
Ahora como si el tiempo no hubiera pasado, Santos emulando de la peor manera a su remoto antecesor pretende entregar uno de los activos más preciados de la nación que tiene que ver con la soberanía y la autonomía, una empresa que genera más de la cuarta parte de energía eléctrica y tiene la capacidad de evitar un apagón total a través del manejo de la central de distribución de San Carlos y como uno de los principales agentes de la Bolsa de energía interviene en la regulación de los precios evitando la manipulación del mercado por los privados.
La empresa contribuye con recursos para las regiones en donde se ubican sus embalses, adelanta programas de atención en salud, educación y repoblamiento de peces, adicionalmente dados los evidentes efectos negativos del calentamiento global adelanta proyectos de generación con energías limpias como la eólica en la Guajira y geotérmica en el nevado del Ruiz, invierte en restauración, protección y conservación de coberturas boscosas, la venta de la empresa a un particular le entrega el control de los recursos hídricos y naturales hoy propiedad de los colombianos al igual que ocurre con la concesión del río Magdalena a multinacionales como EMGESA, que se limitan a explotar al máximo sin importar la suerte de las comunidades de su entorno y menos la preservación del medio ambiente.
Como resultado de su excelente gestión ISAGEN anualmente transfiere a la nación y a las regiones importantes recursos financieros que se invierten en el desarrollo e infraestructura y proyecta adicionales a los 3000 Megavatios que actualmente genera otros 3000 con generadoras en Cauca y Antioquia que nos darían seguridad energética, todo esto se perderá si Santos la entrega como un apátrida por una comisión al capital extranjero a lo que nos responderá con “ustedes me entregaron un país, les entrego los retazos”.
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Por: Libardo Gómez Sánchez – libardogomez@gmail.com
