Muchos recuerdan al expresidente republicano de los Estado Unidos de América, Dwight D. Eisenhower, de quien he querido tomar una frase que aplica al tema que trataré hoy en este escrito, el cual obedece a la segunda etapa de una campaña política que es la planificación. La frase a la que hago referencia dice: “Un plan no es nada, pero la planificación lo es todo”. Reflexión propia de un exitoso estratega militar como lo fue Eisenhower.
Para determinar la diferencia quiero plantear la definición de ambos términos. Según la RAE, cuando se habla de “Plan” se hace referencia a un modelo sistemático de una actuación pública o privada, que se elabora anticipadamente para dirigirla y encauzarla. “La planificación” se determina como el plan general, metódicamente organizado y frecuentemente de gran amplitud, para obtener un objetivo determinado, tal como el desarrollo armónico de una ciudad, el desarrollo económico, la investigación científica, el funcionamiento de una industria, etc.
Esta segunda fase de la campaña política debe plantearse de manera muy juiciosa y consciente, porque los objetivos determinados deben estar cimentados sobre las bases que se erigieron tras el proceso de investigación.
Posteriormente, hay que evaluar las oportunidades y problemas electorales y se determina el plan estratégico, en el cual se concreta la oferta política (candidato y programa), financiación y forma de obtenerla, y elaboración de un plan de comunicación que se divide en dos: el plan de creatividad, en el que se detallan los contenidos y las formas de los mensajes según los diferentes medios de comunicación y el plan de medios que define el norte acerca de cómo repartir el esfuerzo de comunicación entre la amplia gama de posibilidades que ofrecen los medios.
Una campaña que haya logrado conquistar a un grupo calificado de seguidores para conformar un equipo central, haya tenido la oportunidad de efectuar una exhaustiva investigación para determinar necesidades, deseos, imagen y percepciones de la comunidad (público electoral) y formule un plan estratégico inteligentemente planteado, tiene casi asegurado el triunfo electoral.
Hay algo importante que las personas debemos tener en cuenta para poder aprender algo y es aceptar humildemente que no lo sabemos todo, muy a pesar de creerse seres superdotados.
Y cierro este escrito con la siguiente reflexión cuyo autor es anónimo «Los hombres superficiales creen en la suerte y creen en las circunstancias, los fuertes creen en las causas y en los efectos».
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