Son muchas las explicaciones que la dirigencia política del Huila le debe a la ciudadanía, en especial a sus propios electores. Aprobar recientemente una reforma tributaria que terminó beneficiando a los grandes empresarios, industriales, comerciantes, monopolios y acaparadores que aprovecharon el “papayaso” para aumentar el valor de sus productos, no en 3 puntos como lo ordenó la perversa reforma, sino en 10, que terminamos pagando los consumidores.
La ley Páez que tenía como objetivo impulsar la empresa e industria en áreas adyacentes al desastre causado por la avalancha, a través de una serie de exenciones arancelarias y tributarias, que no se aprovecharon para nuestro beneficio, sino que fueron absorbidas por las trasnacionales que saturaron nuestro territorio con almacenes de cadena nacional e internacional, incluso llevando a la quiebra a la empresa local.
El Huila debería estar en los primeros puestos en desarrollo empresarial, industrial y social por efecto de las grandes cantidades de dinero que ha recibido por regalías minero energéticas durante los últimos 30 años. Ese gran capital producto de nuestros recursos naturales, fue a parar a unas pocas manos. Hoy se observa en todo nuestro departamento obras inservibles e inconclusas que sirven como monumento al despilfarro, falta de visión, de humanismo y sentido de pertenencia de nuestros gobernantes.
El Huila es uno de los 32 departamentos de Colombia mayor afectado por el conflicto armado interno. Basta con hacer memoria de la zona de distención en el gobierno de Andrés Pastrana, que nos convirtió en blanco de la insurgencia. Fuimos escenario de una violencia que nos apesadumbró durante varias décadas. Se perdieron valiosas vidas, fuimos víctimas del secuestro, bombas, daño a nuestra infraestructura y abandono estatal, razón por la cual en el Huila debieron ser priorizados en los PDET, por lo menos 20 de nuestros municipios y no uno solo, que para bien de su gente, es Algeciras.
Lo cierto es que las Farc pidió que fueran priorizados 7 municipios: Palermo, Neiva, Rivera, Campoalegre, Algeciras, Hobo y Gigante, pero la dirigencia política con excepción de nuestro Gobernador, no movió un dedo en apoyo. Hay quienes afirman, que unos parlamentarios se opusieron creyendo que perderían un representante de los cuatro tradicionales. Se ha perdido no solo la posibilidad de obtener grandes recursos para el desarrollo rural en el Huila; también se perdió la opción de elegir el quinto representante a la Cámara, por circunscripción especial electoral.
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Por: Miguel Rodríguez Hortúa – miguel.rh12@hotmail.com