Cada evento electoral es de gran trascendencia en el desarrollo socioeconómico del país y de sus propias regiones. El pueblo es el encargado de edificar su propio futuro o de cavar su propia tumba, dependiendo a quien elija en cada corporación.
Por ello aún es hora de generar ese gran dialogo en familia, en universidades, con los sectores sociales y empresariales que nos permita poder identificar a los mejores candidatos y candidatas, para no terminar eligiendo al lobo feroz, disfrazado de oveja.
La tragedia humana que causa la pobreza, el desempleo y la falta de oportunidades para desarrollar un medio productivo que permita al desempleado generar su propio recurso económico y los de su familia, convierte a una enorme franja social en materia prima para propósitos perversos de quienes transforman el dolor de los débiles en riqueza personal.
Esa caótica situación social hace que hombres y mujeres sean presa fácil del politiquero de turno, que en su mayoría es repitente, para luego someterlos en aliados, y así obtener credenciales para: gobernación, alcaldías, asamblea y concejos.
El politiquero deshonesto se aprovecha de la ingenuidad y pobreza del pueblo, y al propio estilo del lobo que primero fingió ser la inocente caperucita para devorarse a la abuelita, y luego ser la tierna abuelita para devorarse a la ingenua y dulce caperucita.
De esos lobos sí que abundan por todas partes en época electoral, que aparentan ser en extremo amables, solidarios y muy locuaces mientras logran el voto, y salir elegidos para luego mostrar sus enormes colmillos con los que se devoran el anhelo de los más débiles e ingenuos.
Sí bien es cierto que son muchos los que aún caen en las garras del lobo feroz, somos mucho más los que antes de tomar decisiones, si de votar se trata; que nos damos a la tarea de averiguar la hoja de vida del candidato; su capacidad y experiencia, su disciplina y solvencia moral. Y claro su origen político y quienes le rodean. Ello nos puede orientar sin equívocos a dar nuestro voto a conciencia y por el mejor.
Aún estamos a tiempo para reaccionar antes que sea tarde. Hay que generar grandes debates en los medios de información, en especial en las redes sociales. Ello nos permitirá identificar con certeza a nuestros candidatos a: concejo, asamblea, alcaldía y gobernación, para no terminar como la ingenua caperucita y su tierna abuelita, en el buche del… lobo.
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Por: Miguel Rodríguez Hortúa – miguel.rh12@hotmail.com
Twitter: @miguel_rh12