Creo que el 2024 fue un buen año para el departamento del Huila y sus habitantes, por varias razones que bien vale la pena mencionar, aunque también se tuvieron que vivir instantes grises que vale la pena no dejar pasar por alto.
La llegada oficial o mejor, el retorno oficial del huilense radicado por varios años en el exterior, Felipe Olave Blackburn, quien de manera novelesca reapareció en el escenario opita haciendo gala de su fortuna, comprando bienes y empresas quebradas para salvarlas, adquiriendo dos medios de comunicación para obtener poder político y reconocimiento social en su terruño; pero además, poniendo en marcha una serie de proyectos urbanísticos y de otro tipo, fue un hecho interesante para el departamento y en especial para su capital Neiva, dado que esto generó y sigue fundando expectativas de desarrollo y posibilidades de empleo para muchos opitas.
La realización del IX Encuentro Iberoamericano de Turismo Rural 2024, fue un hecho sumamente positivo para el Huila, dado que este evento es el más importante congreso en el que hacen presencia actores relacionados con el turismo rural de Latinoamérica, en éste, participaron delegaciones de cerca de 22 países que le apuestan decididamente a la que es llamada la industria sin chimenea. Muy bien por la gobernación del Huila.
Otro punto importante relacionado con el gobierno departamental ha sido el compromiso irrestricto del gobierno territorial en cabeza de su máximo ejecutivo, Rodrigo Villalba Mosquera, con los cafeteros, quienes hacen posible que este departamento sea el mayor productor del grano, fruto insigne de nuestro país. Recordemos que hoy lideramos a nivel nacional, en cantidad y calidad, la producción de este importante commodity, gracias a un proceso de renovación cafetera que se inició cuando el mismo Villalba Mosquera fue ministro de agricultura de Colombia; esto no es accidental ni de casualidad.
Hay un punto negro en todas las noticias positivas del Huila y es el retorno de la violencia por cuenta del accionar de grupos al margen de la ley que han intentando apoderarse de algunas regiones como otrora lo hicieran otras organizaciones armadas ilegales. Hoy en día los empresarios y comerciantes no se sienten seguros, e incluso muchos de ellos, por no decir que la gran mayoría, están siendo extorsionados y están pagando vacunas para poder desarrollar sus actividades económicas.
En Neiva, la delincuencia no cesa su accionar en contra de la ciudadanía, aunque el compromiso de la Policía Nacional y del mismo gobierno municipal es absoluto; no obstante, pareciera que la estrategia para recuperar la seguridad urbana no es lo sufrientemente efectiva y por ello se continúan presentando situaciones que ponen permanentemente en riesgo la vida de los neivanos. En eso, el alcalde Germán Casagua Bonilla va a tener que trabajar mucho más de la mano de las autoridades para lograr mejores resultados.
El año 2024 definitivamente se convirtió en un reto para la administración municipal de Neiva, a quien le ha tocado hacer maromas y piruetas para poder organizar la casa, luego que el inquilino anterior la dejara en compleja situación financiera y de orden; tal vez por esa razón no se ve un avance en el municipio. Esperemos que el 2025 sea un mejor año para el alcalde Casagua Bonilla y los neivanos y que se comiencen a ver las obras que se anuncian, porque de lo contrario comenzarán a llover críticas por todos lados.
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Por: Hugo Fernando Cabrera – hfco72@gmail.com
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