¿Cómo afectan los tipos de cambio a los comercios minoristas?

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Las fluctuaciones de los tipos de cambio están determinadas por factores de diferente naturaleza y no siempre fácilmente previsibles. Algunos de los más conocidos son los tipos de interés, los procesos inflacionistas, la especulación o, simplemente, la volatilidad que caracteriza a su contexto.

En general, cualquier variación responde a una razón que, siempre suele estar vinculada de forma directa o indirecta a movimientos o transiciones dentro del sistema político o económico que, en última instancia, generan mayor o menor confiabilidad en las monedas.

Pero, ¿cuál es el alcance de estos cambios realmente? ¿De qué modo afectan a la economía y a las empresas (especialmente a las minoristas)? A continuación analizamos algunas de las consecuencias más relevantes desde el punto de vista económico y que son ampliamente conocidas en el mundo del Forex a la hora de negociar en él. ¡Presta atención!

¿Cuáles son las consecuencias de las oscilaciones en los tipos de cambio para las empresas minoristas?

Vender en el extranjero

Aquellas empresas cuyos modelos de negocio se basan en la venta o comercialización de productos o servicios a países extranjeros, están especialmente expuestas a las variaciones naturales que se producen en los tipos de cambio. Dichas oscilaciones pueden tener importantes repercusiones en las cuentas de resultados. En el caso de que las facturas se emitan en monedas extranjeras, las empresas quedan expuestas a la posibilidad de recibir menos dinero del previsto, lo cual puede producirse siempre que el tipo de cambio sufra alteraciones en su contra en el momento del periodo que transcurre desde que se emite la factura hasta que se formaliza el pago.

En general, la emisión de facturas en la moneda local de la empresa suele estar asociado a la asunción de menos riesgos económicos, en tanto que el comprador extranjero debe proceder a realizar un cambio de su moneda para poder proceder al pago. En estas situaciones, la empresa siempre contará con la garantía de percibir el importe fijado a priori con independencia de cuál sea la situación del tipo de cambio. Sin embargo, este supuesto tampoco está exento de riesgos. De hecho, optar por esta opción puede implicar la percepción de menos ingresos de forma indirecta en caso de que los precios dejen de resultar competitivos en el mercado tras aplicarse las variaciones del tipo de cambio.

Cuando esto ocurre, resulta relativamente sencillo que la empresa en cuestión se vea abocada a una pérdida de cuota de mercado en favor de sus competidores extranjeros pues éstos no se ven afectados ni deben actualizar sus precios de venta como consecuencia de las variaciones del tipo de cambio transaccional.

Comprar en el extranjero

Las implicaciones asociadas a las oscilaciones de los tipos de cambio no sólo se circunscriben en los procesos de venta en el extranjero o las exportaciones. Su impacto es igualmente un factor de influencia importante en la compra y las importaciones. Cuando una empresa contrata a un proveedor ubicado en un país extranjero, de forma irremediable pasa a exponerse a una serie de vulnerabilidades derivadas de las fluctuaciones del tipo de cambio.

Y es que, en función del sentido en que se generen las diferentes variaciones, la empresa percibirá ganancias o pérdidas en el momento de realizar sus transacciones lo cual implica un contexto de relativa inestabilidad que no siempre es fácil sortear. De hecho el factor incertidumbre se posiciona como un elemento disuasorio a la hora de formalizar acuerdos o firmar contratos con empresas extranjeras. Algunas empresas recurren, incluso, a establecer cláusulas contractuales en las que quedan definidos los tipos de cambio de forma fija mientras se extienda la relación o durante un periodo específico con el objetivo de reducir los riesgos asociados.

Impacto indirecto

A pesar de que la compraventa de productos o servicios representa una exposición a diferentes situaciones y factores de riesgo, lo cierto es que las oscilaciones de los tipos de cambio pueden influir también desde una perspectiva más indirecta. Por ejemplo, aquellas empresas que aún sin comprar ni vender productos o servicios en el extranjero pueden verse afectadas ante las variaciones. Es el caso, por ejemplo, de aquellas que se ven obligadas a adaptarse a los precios asociados de forma indirecta al ejercicio de su actividad. Por ejemplo, sería el caso de aquellas que se dedican al mundo de la distribución o que, sin dedicarse a dicho sector, realizan entregas o envíos en diferentes puntos geográficos y deben sufragar los gastos generados por el combustible, los cuales experimentan alteraciones en función del ámbito geográfico.

Por otra parte, también nos encontramos con otros casos en los que la volatilidad de los tipos de cambio genera un efecto directo sobre el ejercicio de la competencia. Con la depreciación de la moneda local se produce, por ejemplo, un encarecimiento de los costes involucrados en los procesos de importación, lo cual implica en última instancia un menor volumen de importaciones.

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