Quienes manejan el poder en Colombia deberían aprender algo de la integridad de un hombre humilde pero grande como Nairo Quintana, quien acaba de terminar el Tour de Francia con su más pobre resultado, asumiendo sin ambigüedades la responsabilidad, sin achacarle a nadie las limitaciones de su desempeño.
Nuestros gobernantes al contrario, con un cinismo que forma parte de sus características más notorias, frente a los continuos fracasos que se presentan en la conducción del país, buscan culpables por fuera de ellos mismos que son los responsables.
Por ejemplo, la proliferación de la aftosa en la ganadería nacional se explica con el contrabando proveniente de Venezuela y no a la ausencia de controles sanitarios y la continuidad de los programas de vacunación; la desaceleración de la economía, resumida por los presidentes de la ANDI y FENALCO en reportaje concedido a Yamid Amad, con una severa contracción de la producción industrial y una baja sensible en las ventas del comercio, el gobierno las atribuye al clima y a las protestas de camioneros y productores, cuando la realidad es que son ocasionadas por las desastrosas decisiones de política económica, que provocan un déficit fiscal acompañado de una balanza de pagos negativa, como consecuencia de la entrega de nuestro mercado interno a la producción extranjera, en condiciones desfavorables para nuestros productos.
Ahí están las importaciones de arroz pactadas en el TLC con Estados Unidos y las de leche con la Unión Europea, que tiene deprimido el precio a los ganaderos y agricultores al borde de la ruina, sin que representen beneficios a los consumidores.
En otros frentes su gestión no es menos desastrosa, en estos días con la excusa de la entrega de Cafesalud a sus nuevos propietarios, prácticamente se han suspendido todos los servicios a los usuarios que juiciosamente vienen pagando el POS, con la silente complicidad del Ministerio de Salud y la Superintendencia del ramo.
Si se mantiene el modelo económico impuesto por los dirigentes agrupados en el Centro Democrático y la Unidad Nacional, continuaremos viendo en los próximos años el mayor despojo de que hayan sido víctimas los colombianos, por la vía de la quiebra de sus negocios, el aumento de los impuestos, especialmente los indirectos y la pauperización de servicios vitales como salud y educación, y la explicación que con seguridad darán los causantes de esta tragedia, será que la culpa es nuestra, de algún modo tendrían razón si no tomamos la decisión de cambiarlos.
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Por: Libardo Gómez Sánchez – libardogomez@gmail.com