ANTIOQUIA. La emergencia generada por la creciente de la quebrada Liborina en la población de Salgar, Antioquia, deja hasta el momento un saldo de 61 personas fallecidas, según el más reciente reporte de las autoridades de atención de desastres. Se teme que con el paso de las horas el número de muertos aumente.
Los hechos se registraron hacia las 3 de la mañana de este lunes cuando las aguas producto de fuertes lluvias arrasaron con varias viviendas del barrio Las Peñitas del corregimiento La Margarita.
«La avalancha se generó luego de una fuerte lluvia en horas de la noche y del amanecer, cuando las aguas arrastraron lo que encontraron a su paso, viviendas, puentes, familias enteras», dijo la secretaria de Gobierno de Salgar, Zulma Aideé Osorio.
Diego Agudelo, de 34 años, relató que, cuando despertó, el agua se estaba llevando la parte trasera de su casa. «Era piedras y palos por todas partes. Impresionante la fuerza del río», dijo. Agregó que el río creció de pronto y «empezó a recoger todo lo que veía a su paso».
Agudelo, que trabaja como albañil, explicó que entre las víctimas «hay de todo: ancianos, niños, mujeres». Las casas que se llevó el río estaban bien construidas, «pero la avalancha arrasó con todo».
En tanto, Luz María Urrego, de 74 años, relató que su hermano murió con toda su familia, excepto su esposa. «Murió con los hijos, con los nietos y también murió una hermana mía». Urrego se salvó porque estaba en Medellín, la segunda ciudad en importancia de Colombia ubicada a 250 kilómetros al noroeste de la capital.
Otros sobrevivientes señalaron a la emisora Blu Radio que se despertaron tras un fuerte estruendo y por los gritos de los vecinos. Muchos apenas pudieron reunir a sus seres queridos y salir del paso del torrente de piedras y lodo que ocupó el lugar de sus casas en la quebrada La Liboriana.
Las autoridades de manejo de desastres y los helicópteros de la policía se apresuraron a llegar al lugar bajo las órdenes del presidente.
El mandatario arribó a la población para ponerse al frente de la emergencia y dijo que el Estado reconstruiría las viviendas de las personas que quedaron sin hogar. «Aprovechemos esta circunstancia tan triste para sacar esa fortaleza que ustedes tienen, ese temple, y a la larga salir mejor como lo estábamos antes», manifestó.
El acueducto del pueblo quedó parcialmente destruido y también será reconstruido, señaló el jefe de Estado. El pueblo se quedó sin agua. Fueron suspendidos los servicios de gas y energía eléctrica, y los familiares de cada una de las víctimas recibirán como indemnización 16 millones de pesos.
Los cadáveres fueron trasladados a Medellín toda vez que la morgue de Salgar no tiene capacidad para recibir a todos. Se declaró calamidad pública en el municipio.
La gente busca desesperada a sus seres queridos, en tanto que un carro del cuerpo de bomberos fue habilitado para transportar a cinco cadáveres.
El general José Ángel Mendoza, la autoridad policial en la zona, señaló que destrucción del acueducto provocó inundaciones incluso en las partes menos peligrosas del pueblo, y solicitó a las autoridades el envío de agua y alimentos para lidiar con la emergencia.