Se aproxima el desenlace de la contienda presidencial en los Estados Unidos, una de las más banales por el lenguaje y los temas que dominan la controversia entre los candidatos escogidos por las convenciones de los partidos Republicano y Demócrata, tanto Trump como Hillary se han enfocado en descalificar la competencia del contendor por sus comportamientos en la vida privada y pública.
El debate sobre los temas trascendentes en la vida de una nación han quedado relegados; sin embargo es evidente que el discurso del candidato republicano se conecta más con las preocupaciones del norteamericano del común y con las comunidades de inmigrantes legalizados que constituyen la fuerza laboral empobrecida por la pérdida progresiva de su capacidad de compra, entrampada en obligaciones financieras de vivienda y consumo que muerden porción importante de sus mermados ingresos, acogotada por los altos costos de los servicios de salud que en los eventos de enfermedades graves en algún miembro de la familia termina por explotar la estabilidad financiera.
Frente a este drama el show man de los realitys de negocios de la televisión norteamericana viene prometiendo la revisión de los Tratados de Libre Comercio que han trasladado el pago de mano de obra de grandes corporaciones a México principalmente reduciendo la oferta laboral interna y amenaza con restringir y perseguir a los inmigrantes que aún no legalizan su permanencia en los Estados Unidos y que disputan ocupaciones de baja remuneración en el mercado laboral local; es evidente el resentimiento en el electorado con el manejo que el establecimiento ha dado a la crisis financiera que estalló en el 2008 y que aún muestra rescoldos y con ellos se vincula a la Clinton.
En ese escenario el resultado final es casi impredecible, los grandes medios han venido publicando resultados de encuestas que favorecen a la exjefe de la diplomacia norteamericana, pero su inocultable simpatía ponen en duda la veracidad de las mismas, sin contar que el sistema de colegio electoral puede hacer presidente a un candidato con menos votos directos.
Este evento marcará el rumbo de la futura política estadounidense para el resto del planeta, en un momento de particular sensibilidad de los pueblos agobiados por los impactos del dogma neoliberal y los conflictos internos alentados por las potencias económicas que desparraman desplazados por doquier; es la era de la victoria del Brexit en Inglaterra y del No en Colombia, hechos impensables en el pasado, debemos prepararnos para nuevas realidades.
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Por: Libardo Gómez Sánchez – libardogomez@gmail.com