La selección japonesa defenderá su corona mundial ante el mismo rival al que se impuso hace cuatro años, Estados Unidos, después de superar una reñida semifinal 2-1 a Inglaterra. El partido, disputado en el estadio Commonwealth de Edmonton el miércoles 1 de julio, sólo se decidió en el último instante por un gol en propia puerta de Laura Bassett.
Jodie Taylor le dio un buen susto a la defensa japonesa en el pitido inicial con un disparo ajustado al palo. Japón impuso su ritmo pausado y con dos equipos muy disciplinados tácticamente, por lo que el desequilibrio vino desde el punto de penal. Aya Miyama acertó primero desde los once pasos (1-0, 33’). Inglaterra no perdió el temple y poco después, Fara Williams equilibró al contienda del mismo modo (1-1, 40’).
Tras el empate, llegó un momento de poca acción en las áreas y mucha tensión en el medio campo. Pero Inglaterra ajustó sus líneas y tuvo sus opciones: Toni Duggan hizo temblar el larguero japonés con un potente disparo desde el borde del área (62’) y Ellen White probó que Ayumi Kaihori es una portera de excelentes reflejos (63’). La portera se lució también al despejar varios tiros de esquina.
Definición dramática
La entrada de Mana Iwabuchi dio empuje al ataque japonés pero no parecía suficiente para evitar la prórroga. Sin embargo, la suerte se alió con las campeonas defensoras y un intento de despeje de Laura Bassett se convirtió en el gol en propia puerta que decidió la contienda (2-1, 92’).
Inglaterra jugará contra Alemania por la medalla de bronce de la competición el sábado 4 de julio en Edmonton. Japón se medirá a Estados Unidos el domingo 5 de julio en Vancouver.
