Volvamos al campo

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Las crisis nos obligan a develar alternativas, a las que quizás no le prestábamos la suficiente atención. Las nuevas políticas de confinamiento y cuidados en salud que demandará la actual pandemia, en el presente y hacia el futuro, nos lleva a reactivar opciones en materia económica, que puedan ser la alternativa inmediata a la reconstrucción del tejido empresarial.

Es en estos momentos, cuando actividades como el turismo rural y de naturaleza, se visualizan como una opción válida de reapertura gradual de una de las principales apuestas productivas de la región, el turismo. El distanciamiento social del cual tanto se habla en estos días, nos obliga a tomar medidas tan simples como las de evitar las aglomeraciones de personas, y esta actividad ofrece distintas alternativas para ello.

Las condiciones actuales de la pandemia, nos demuestra que en las ciudades capitales y cascos urbanos se concentran el mayor número de casos de contagios, debido a la gran aglomeración de individuos. Muchas personas ante esta situación han visto en el “Volver al campo”, una alternativa de cuidado y protección.

Muchos quisiéramos tener la oportunidad de resguardarnos con nuestra familia en un lugar tranquilo, rodeado de naturaleza, con infinidad de ofertas alimenticias saludables, alojamientos típicos y con calor de hogar, innumerables oportunidades de distracción para grandes y chicos, y cerca a nuestro lugar de residencia habitual, pero apartado de la congestión y el estrés propios de las grandes urbes. Los incomparables beneficios del campo tanto para la salud física como mental de las personas, permiten que esta se vuelva una opción ideal y al alcance de todos.

Este es el momento para que al sector rural, tantas veces discriminado, se le brinde una nueva oportunidad de crecimiento económico. En un entorno natural y sin mayores inversiones, se puede crear una oferta turística diferente, variada, económica y segura, que nos lleve a repensar el papel del ser humano en la naturaleza, no como amo y señor de todo lo que lo rodea, sino como un “ser viviente más” que debe interactuar de manera respetuosa y armoniosa con su entorno.

Desde los grandes fincarios, hasta los dueños de pequeñas parcelas, pueden ver en esta actividad, una oportunidad de negocios única, que permitirá reactivar el turismo local, y fortalecer las condiciones de las zonas rurales, para más adelante pensar en crear una oferta de turismo rural con parámetros de alta calidad, inclusive pensando en incluirla en la oferta turística regional, con un perfil internacional, contribuyendo a convertir al Huila en un destino de “Clase mundial” único y diferencial.

La actual pandemia nos ha dejado grandes lecciones de vida, entre la cuales se destaca el volver la mirada al campo, no solo por su importancia como despensa agropecuaria, sino por ser el polo de desarrollo de las principales actividades generadoras de riqueza del país.

Por: Hugo Andrés Rivera Collazos
Administrador de Empresas – Universidad Surcolombiana
Especialista en Planificación de Destinos Turísticos – Universitat Oberta de Catalunya

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