Los integrantes de las familias desplazadas, habitantes de la costa Pacífica colombiana, recibieron este martes en el municipio nariñense de Tumaco, alimentos y kits de aseo por parte de la Unidad para las Víctimas, anunciaron voceros de la entidad estatal que atiende a los sobrevivientes del conflicto.
La entrega de dicha ayuda fue liderada por el equipo de Atención y Prevención de la Unidad para las Víctimas y complementa el programa de asistencia que viene realizando desde hace varias semanas la entidad a las familias que el pasado 5 de enero huyeron de esa vereda, ubicada al norte del municipio de Ipiales, distante a tres horas por lancha.
Jaime Guerrero, director Territorial de la Unidad para las Víctimas en Nariño, recordó que las familias habitaban la vereda Pital de la Costa del área rural de Tumaco, limítrofe con el también municipio nariñense de Mosquera, cuando fueron desplazadas de sus hogares por hombres armados.
Según el funcionario, desde su desplazamiento, la Unidad para las Víctimas desplegó una Ruta de Atención Institucional para atender dicha emergencia “mientras se preparan los protocolos para el regreso en condiciones de seguridad y voluntariedad de estas personas hacia su territorio”, dijo.
La vereda Pital de la Costa, una población construida en su mayoría por palafitos, hace parte del Consejo Comunitario Afrocolombiano-Veredas Unidas.
Carlos, líder de este grupo de desplazados, indicó que la atención interinstitucional coordinada desde la Unidad para las Víctimas “ha sido eficiente y oportuna” y se declaró a la espera de que se den las condiciones propicias para retornar a su población “de la mano de las entidades gubernamentales”.
“Hasta tanto demandamos la atención humanitaria institucional”, concluyó el líder comunitario.
Según la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA, por sus siglas en inglés), el pasado 5 de enero una treintena de hombres armados, al servicio de grupos ilegales, llegó hasta Pital de Costa, y tras reunir a la comunidad para informarles que tomarían el control de la población, muchos de los pobladores huyeron hacia el casco urbano de Tumaco, Mosquera y Francisco Pizarro.
La Personería de Tumaco reportó 142 familias desplazadas hacia la cabecera municipal y otras 27 hacia Mosquera. Otros habitantes se desplazaron hacia las veredas: Playa San Juan, Guachal de la Costa, Cocal Jiménez, Cocal Payán, Tasquita y Satinga.
Según el portal Verdad Abierta, “la amenaza que representa para Tumaco la existencia de nuevos grupos ilegales y sus peleas para hacerse al control del puerto ocasionaron otros tres desplazamientos en el último año: dos a mediados de febrero de 2016 en las veredas Bajo Jagua y Alto Jagua; y otro en diciembre de 2016 en la vereda Teherán, para un total de 220 familias desterradas”.
