Un plan sin rumbo

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Los entes territoriales se encuentran elaborando el Plan de Desarrollo que traza la ruta de las acciones en el cuatrienio de los mandatarios elegidos para este periodo constitucional, se espera que recojan los anhelos que animaron a los electores para votar por el programa propuesto y soluciones a los problemas que se viven ahora.

Una lectura rápida del documento presentado por el alcalde de Neiva al Concejo Municipal permite concluir, que se trata de unas páginas reunidas para cumplir el requisito legal y facilitar a la administración su función de ordenador de gasto; dadas las condiciones dramáticas que vive la humanidad y las realidades a resolver, es difícil encontrar una mayor incongruencia entre lo previsible y lo verdaderamente necesario.

La crisis acelerada por la epidemia de COVID-19 permitió hacer notorias las falencias de las políticas en todos los ámbitos de la vida de nuestra sociedad y sin restarle importancia a ninguna es evidente que algunas requieren atención prioritaria por su carácter esencial para la vida.

El documento comienza por presentar el tema de salud, que se espera incluya respuestas a los reclamos del sector en estos momentos de epidemia; sin embargo, la constante es presentar un diagnostico con las estadísticas sobre la generalidad del tema y proponer campañas como mecanismo de respuesta del municipio a los problemas que atraviesa el sector; tal vez mas pasacalles y volantes.

Nada en relación con los requerimientos de elementos para la protección del personal de salud y para los habitantes de la ciudad, menos para los procedimientos de desinfección, las unidades de cuidados intensivos y ventiladores, vitales para contener la morbilidad ocasionada por la pandemia, no registran.

Los problemas relacionados con la seguridad alimentaria, al parecer, también se atienden con publicidad no con alimentos. Un tema que preocupa a la opinión tiene que ver con las condiciones laborales del personal de salud, que afecta la prestación del servicio en las calidades y condiciones que se requiere, sobre esto el documento hace mutis por el foro.

Dada la gravedad de la hora, se esperaría que la propuesta incluyera proyectos que contribuyeran a la búsqueda de la reactivación económica de la ciudad, que planteara estrategias relacionadas con el mejoramiento de los ingresos de la población, la eventualidad de una renta básica, apoyo a los sectores productivos generadores de empleo urbano y rural, este último además clave en la provisión de víveres; un verdadero sistema de cuidado y oportunidades para los habitantes de Neiva.

Desafortunadamente nada de esto se visualiza en el Plan porque evidentemente quienes lo elaboraron no consideran la crisis, es sintomático al revisar la proyección de ingresos con los que se pretende atender el Plan a cuatro años, se pronostica crecimientos sin pandemia, se soslaya el impacto negativo de la caída abrupta del precio del petróleo, la disminución inevitable en transferencias por cuenta de los menores recaudos de impuestos que ocasiona la baja en la demanda de todos los bienes de consumo y de servicios, el cierre de cientos de negocios, la restricción del crédito dados los riesgos de una economía en recesión, el temor de los inversionistas y muchas otras razones asociadas al confinamiento que hacen predecible la contracción de la economía y los ingresos de los entes territoriales; sin embargo las proyecciones registradas en el documento reflejan la idea de un crecimiento que no se compadece con la realidad. Al final no se podrá gastar lo que no va a ingresar.

Un asunto que va a complicarse por el quiebre de las cadenas de suministro  para la producción en el agro, es el relacionado con la seguridad alimentaria de la población, porque se reducirá el abastecimiento y se encarecerán los productos a consumidores sin ingresos; lamentablemente la respuesta del gobierno nacional es precaria, pero la del municipio no es menos deficiente; la inversión prevista para Agricultura y Ambiente se reduce al 3% sumados los dos, con esos recursos no es posible hacer absolutamente nada, ni dinamizar la producción ni proteger los recursos naturales.

El Ministerio de Agricultura viene cacareando sobre crédito para los productores, pero la realidad es que la banca es reticente a facilitar los recursos a los productores del campo independientemente de su tamaño y en esto el plan tampoco propone alternativas.

El apoyo al sector empresarial, la ciencia y la conectividad necesarias dadas las nuevas circunstancias en que deberán operar muchos negocios recibe el 1,2% del presupuesto, razón por la cual todo se limita a la elaboración de documentos o realización de eventos; imposible esperar la reactivación de los sectores económicos afectados haciendo lo mismo de siempre, ante situaciones catastróficas es momento de adelantar acciones extraordinarias.

La educación, pilar del futuro de cualquier sociedad, no merece ninguna mención sobre las condiciones en que está operando y sobre su futuro, tal parece que abandonarla a su suerte es una rutina que se convirtió en costumbre desde la aprobación de actos legislativos que iniciaron su continua y deplorable desfinanciación, lo que explica el deterioro de la calidad y se hace conveniente corregir.

Contrasta las asignaciones a estos asuntos vitales con los recursos para EPN, el 13,7% y para alumbrado público, 3,9% muy superiores a los anteriores.

En el remate del documento, el cuadro donde se presentan lo que denominan “Proyectos Estratégicos” no hay alusión a ningún logro en salud, ni apoyo a los sectores productivos que son los que pueden sacarnos de la crisis en que estamos; se reduce a un listado de posibles obras de infraestructura y a la “gestión” de proyectos que se ofrecieron en campaña; no pretendemos que no merezcan la atención de la administración, pero en las condiciones actuales habría que revisar la pertinencia y reacomodar los propósitos de los proyectos estratégicos  a las urgencias de hoy.

En resumen, no se presenta una estrategia para el manejo del impacto del COVID-19 en la vida de los neivanos, es un Plan que no atina a buscar salidas a la realidad que estamos viviendo.

Por: Libardo Gómez Sánchez – libardogomez@gmail.com

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