Un desafío para Colombia

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En un mundo cada vez más consciente de los desafíos ambientales, el Pacto Verde Europeo ha emergido como un faro de esperanza y acción. Esta iniciativa de la Unión Europea (UE) se presenta como un compromiso radical para abordar la crisis climática y transformar la manera en que concebimos nuestras economías.

Sin embargo, más allá de las fronteras europeas, sus implicaciones repercuten en naciones comprometidas con la sostenibilidad, Colombia no es la excepción.

El Pacto Verde Europeo, también conocido como la «Hoja de Ruta para una Economía Sostenible», es una iniciativa ambiciosa de la Unión Europea (UE) para abordar los desafíos del cambio climático y avanzar hacia una economía más sostenible.

Este pacto tiene repercusiones significativas a nivel mundial, Colombia, como país comprometido con la sostenibilidad ambiental, se ve directamente afectada por sus implicaciones. El Pacto Verde Europeo fue presentado en 2019 como el principal componente de la Comisión Europea para lograr la neutralidad climática de la UE (Unión Europea) para 2050.

Este ambicioso plan abarca diversas áreas, cada una con una estrategia para su implementación: energía limpia, industria sostenible con énfasis en economía circular, reconstruir – renovar edificaciones, movilidad sostenible, biodiversidad, “del Campo a la Mesa” y eliminar la contaminación. La estrategia busca transformar la UE (Unión Europea) en una sociedad justa y próspera con bajas emisiones de carbono.

Colombia, como un actor global comprometido con la sostenibilidad, tiene la oportunidad de aprovechar la cooperación internacional propuesta por el Pacto Verde Europeo.

La transferencia de tecnología, conocimientos en temas ambientales, puede ser un catalizador para el avance y la implementación efectiva de políticas verdes. Las implicaciones comerciales del Pacto Verde Europeo son palpables. La UE (Unión Europea), al establecer estándares ambientales elevados, puede influir significativamente en las relaciones comerciales de Colombia.

Alinear las prácticas y políticas colombianas con estas normas se vuelve imperativo para mantener relaciones comerciales sólidas; debemos adaptar nuestros sectores productivos sin sacrificar el desarrollo económico y social. La armonización de los objetivos ambientales con las realidades económicas locales será esencial para encontrar un equilibrio sostenible.

El mundo enfrenta la paradoja de que, mientras los países ricos emiten la mayor cantidad de gases de efecto invernadero, los países pobres son los que más sufren las consecuencias del cambio climático. La proporción en la que los diferentes países deberían contribuir al cuidado del medio ambiente no está clara, las medidas adoptadas en la búsqueda de la sostenibilidad representan un desafío importante para los países de bajos ingresos.

Para cumplir con los objetivos del Pacto Verde Europeo, se espera que la EU (Unión Europea) imponga medidas más estrictas a la importación de productos con altas emisiones de carbono. Por lo tanto, las empresas colombianas que deseen seguir exportando a esa comunidad económica tendrán que adaptarse a estas nuevas regulaciones y exigencias ambientales.

Esto podría implicar cambios importantes en la forma de producir y transportar los productos, así como en la gestión de residuos y recursos naturales. Sin duda, se requiere que los productores nacionales aceleren todos sus programas de sostenibilidad para poder ofrecer sus productos en la Unión Europea.

En lugar de verlo como un problema sin solución, se debe ver como una gran oportunidad para fortalecer prácticas cada vez más sustentables y así ganar en competitividad, diferenciarse de potenciales competidores y también generar opciones de primas de calidad adicionales.

El Pacto Verde europeo constituye el principal desafío de las exportaciones agrícolas colombianas a la Unión Europea. Para minimizar el impacto de las medidas y transitar hacia sistemas agroalimentarios sostenibles, sin dejar a nadie atrás.

Los productos colombianos más exportados siguen siendo el café, el banano y las flores que participan con alrededor del 63% del mercado internacional, el 37% restante equivale a productos como aceite de palma, azúcar, carne bovina, aguacate, cacao, entre otros.

En los últimos años estas exportaciones refieren USD 9.768 millones, lo que representa un crecimiento del 28% frente al mismo periodo de 2021, cuando se reportaron USD 7.638 millones.

A partir del 31 de diciembre de 2024 la Unión Europea solo permitirá la importación de café que cumpla con todos los requerimientos del Pacto Verde Europeo, una normativa que castigará a la deforestación, premiará a las buenas prácticas agrícolas, medioambientales y laborales, lo cierto es que esta regulación también afecta a los sectores de siete commodities más, entre los que se encuentra el cacao y el aceite de palma.

El sector cafetero no cumple hoy con la regulación que está exigiendo la Unión Europea, están en el proceso de desarrollo en términos de trazabilidad y geolocalización, hay que incrementar los esfuerzos porque el tiempo es muy corto y este año hay que cumplir. De esta manera se avanza en la implementación del sistema de información cafetera, que es fundamental en los temas de georreferenciación.

El Pacto Verde Europeo no es simplemente un conjunto de directrices ambientales; es un llamado a la acción global. Para Colombia, este llamado presenta desafíos, pero también oportunidades para un futuro más sostenible. La clave radica en la capacidad del país para adaptarse, innovar, encontrar un equilibrio entre la preservación del medio ambiente y el desarrollo socioeconómico.

El Pacto Verde Europeo puede ser el catalizador que impulse a Colombia hacia una nueva era de desarrollo sostenible, siempre y cuando se aborde con visión, adaptabilidad, con un compromiso genuino, pensando en el bienestar a largo plazo de nuestra gente y del planeta que todos compartimos.

Cada año, cada sequía, cada incendio, cada invierno, inundación, nos recuerda que tenemos un solo planeta, que estos desastres relacionados con el clima tienen un costo cada vez mayor, muchas tragedias humanas y, simplemente, hay alternativa: Actuar a tiempo, la responsabilidad es de cada uno de nosotros.

Por: María Fernanda Plazas Bravo – Twitter: @mafeplazasbravo
Ingeniera en Recursos Hídricos y Gestión Ambiental
Especialista en Marketing Político – Comunicación de Gobierno
Universidad Externado de Colombia

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