En la búsqueda global de alternativas energéticas sostenibles y renovables, el hidrógeno verde ha emergido como una prometedora opción para abordar los desafíos del cambio climático y la dependencia de los combustibles fósiles. En este contexto, el país se encuentra en un momento crucial para impulsar su transición energética y aprovechar los beneficios del hidrógeno verde.
Colombia, conocida por su riqueza en recursos naturales, ha sido históricamente dependiente de la energía generada a partir de combustibles fósiles, principalmente el carbón y el petróleo.
Sin embargo, esta dependencia ha generado preocupaciones ambientales y climáticas, así como volatilidad en los precios internacionales de los hidrocarburos. Ante este escenario, el país reconoce la necesidad de diversificar su matriz energética y reducir su huella de carbono.
El hidrógeno es el elemento químico más simple, el primero de la tabla periódica con número atómico 1. Es ligero, se puede almacenar y no genera emisiones contaminantes por sí mismo. Con estas características resulta un candidato perfecto como combustible.
El hidrógeno no es una fuente de energía primaria, sino un vector energético, es decir, que requiere de un proceso químico para su producción. El hidrógeno es un combustible renovable, pero esto no siempre es cierto. El hidrógeno solo es renovable si el proceso utilizado en su extracción también lo es.
El hidrógeno es el elemento químico más abundante del planeta, no está disponible de forma libre en el medio ambiente (por ejemplo, en un yacimiento) sino que siempre se encuentra asociado a otros elementos (por ejemplo en el agua, H2O, o en el Metano, CH4).
Por eso, para poder ser utilizado en aplicaciones energéticas, primero es necesario liberarlo, es decir, separarlo del resto de elementos. Para llevar a cabo esa separación y disponer de hidrógeno libre, es necesario realizar algunos procesos y gastar energía en ellos.
El potencial del hidrógeno en la lucha contra el cambio climático está en su capacidad para sustituir a los combustibles fósiles en aquellas aplicaciones con mayor complejidad de descarbonización, como pueden ser el transporte marítimo y aéreo o algunos procesos industriales; también tiene un gran potencial como sistema de almacenamiento de energía estacional (a largo plazo), acumulando energía durante periodos largos de tiempo que después puede ser utilizada a demanda.
El color asignado al hidrógeno no es más que una etiqueta utilizada para clasificarlo en función de su origen y de la cantidad de dióxido de carbono liberado durante su generación. Es decir, una manera sencilla de saber lo “limpio” que es; el hidrógeno verde se obtiene a partir de la electrólisis del agua utilizando electricidad procedente de fuentes renovables.
Es el más caro, pero se prevé que su precio vaya reduciéndose paulatinamente a la vez que bajan los costos de las energías renovables y los electrolizadores (Un electrolizador de hidrógeno es un dispositivo que utiliza electricidad para separar los iones de hidrógeno y oxígeno en una solución como agua). Otra variedad del hidrógeno verde es el producido a partir de biogás aprovechando los residuos de ganadería, agricultura y/o urbanos.
En realidad, el proceso para generar hidrógeno verde no es para nada complejo: la electrólisis es, sencillamente, utilizar corriente eléctrica para descomponer agua (H2O) en oxígeno (O2) e hidrógeno (H2). El verdadero reto radica en hacerlo de forma competitiva, para lo cual se necesita de electricidad renovable abundante, barata (esto está más o menos solucionado), y una tecnología de electrolizadores eficiente y escalable (aquí, todavía hay mucho por hacer).
Nuestro país posee condiciones favorables para la producción de hidrógeno verde. Con una alta radiación solar y un potencial eólico significativo, contamos con recursos naturales idóneos para la generación de energía renovable necesaria para la electrólisis del agua. Además, la ubicación geográfica de Colombia le permite ser un potencial exportador de hidrógeno verde a países vecinos.
Aunque el hidrógeno verde presenta un potencial significativo, su adopción no está exenta de desafíos. La inversión inicial en infraestructura para la generación de energía renovable y la implementación de la tecnología de electrólisis es alta. Además, se requiere una regulación adecuada y política de apoyo para fomentar la transición hacia esta fuente de energía.
La Hoja de Ruta del Hidrógeno en Colombia tiene como objetivo contribuir al desarrollo e implantación del hidrógeno verde en nuestro país, en la cual se identifican pasos e hitos a corto, mediano y largo plazo. Esto ayudará a reforzar el compromiso del Gobierno con la reducción de emisiones estipulada en los objetivos del Acuerdo de París de 2015.
La hoja de ruta proyecta una demanda interna en Colombia de 1,6-1,8 Mt de hidrógeno en 2050, con un potencial solar que tan solo en la región de La Guajira alcanza 42 GW. Si todo este potencial renovable se explotase en la producción de hidrógeno verde, después de su conversión se podrían obtener hasta 3,2 Mt o 5,8 Mt (incluyendo el potencial offshore). Por tanto, hay posibilidad de suplir la demanda de hidrógeno de Colombia a 2050 con el potencial que ofrecen las renovables.
En mayo de este año, asistí al Congreso de Energía y Transición Energética organizado por la Universidad de Los Andes, es prometedor escuchar que Colombia tiene ventajas estratégicas en materia de hidrógeno por dos motivos: 1) Alta disponibilidad de fuentes de energía renovable para producir hidrógeno verde en el norte del país (Guajira); 2) Ubicación geográfica.
Colombia es el nexo entre Centroamérica y América del Sur, está unida mediante redes de transporte, distribución y comercio con otros cinco países. Además, se sitúa entre dos océanos, como nodo de comercio marítimo y de exportación con 10 zonas portuarias, siendo Cartagena (Caribe) y Buenaventura (Pacífico) los puertos de mayor relevancia. Además, Colombia cuenta con importantes reservas de petróleo, gas natural y carbón que le proporcionan una posición cercana a la autosuficiencia en combustibles, que podrían utilizarse para la producción de hidrógeno azul mediante la captura y almacenamiento de carbono (CCUS).
El hidrógeno verde tiene un gran potencial para ayudar a Colombia en su transición energética. Es importante que el gobierno y las empresas trabajen juntos para fomentar la producción de energía renovable, desarrollar infraestructura de hidrógeno verde, promover el uso de hidrógeno verde en la industria y el transporte.
Es necesario invertir en investigación y desarrollo, para mejorar la eficiencia reduciendo los costos de producción del hidrógeno verde. El hidrógeno verde emerge como un pilar fundamental en la transición energética. Su potencial para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, diversificar la matriz energética y estimular el desarrollo económico sostenible lo convierten en una alternativa estratégica.
Con la combinación adecuada de inversión, innovación y políticas gubernamentales, Colombia puede aprovechar los beneficios del hidrógeno verde para enfrentar los desafíos energéticos y climáticos del siglo XXI.
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Por: María Fernanda Plazas Bravo
Twitter: @mafeplazasbravo