Seguimos en la búsqueda de la paz

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Hugo Fernando Cabrera OchoaNunca antes en nuestro territorio nacional existieron condiciones tan próximas y propicias para lograr la firma de un acuerdo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia FARC como ahora.

Muy a pesar de haber enfrentado todo tipo de dificultades para conseguir que se llegara a un comienzo en los diálogos entre el gobierno colombiano y la cúpula del mencionado grupo armado, ya llevan cuarenta y dos meses sentados (Desde el 4 de septiembre de 2012), dialogando y llegando a puntos de acuerdo que han abarcado diferentes temáticas que comprenden asuntos agropecuarios, políticos, económicos y sociales, entre otros.

Hoy en día quienes son críticos del proceso de paz con las FARC han venido reconociendo reservadamente los significativos avances del mismo y a pesar de expresar que el presidente Juan Manuel Santos va a entregar el país a esta tropa insurgente, es muy posible que si se alejan de esa postura política de oposición, terminen reconociendo la importancia de la firma de este pacto, que tanto hemos ambicionado.

Pero aparte de enfrentar la crítica, al presidente Santos le vienen otros retos muy importantes como son atender el post conflicto que le generará bastantes dolores de cabeza, pues no va a ser nada fácil lograr la resocialización de miles de guerrilleros que crecieron y maduraron en medio de la selva y la guerra. Esta apuesta además de costarle al país varios billones de pesos provenientes de recursos propios, cooperación internacional y deuda, le exigirá al gobierno esfuerzos mayores de preparación a la sociedad civil para recibir a los reinsertados, así como a los guerrilleros para adaptarse a su nuevo escenario social, sin mencionar a las fuerzas armadas y del orden, quienes se entrenaron durante más de medio siglo para enfrentar la guerra interna y ahora deberán estar muy preocupados por su futuro inmediato.

El otro reto importante y que debe estar generando desvelos al mandatario es el viche proceso con el “Ejército de Liberación Nacional ELN”, el cual prácticamente agua la fiesta, pues aunque el grupo guerrillero fundado por Manuel Marulanda Vélez o Pedro Antonio Marín en 1962 en las montañas de Colombia, firmara el acuerdo con el gobierno Santos, no se lograría una completa paz, pues tendríamos otro movimiento guerrillero en un accionar violento en todo el territorio nacional, heredando posiblemente armas y hombres, fortaleciéndose y buscando elementos que le permitan robustecerse para obligar al estado a sentarse tal vez por otro tiempo similar al que llevamos con las FARC, para negociar y conquistar sus propias pretensiones.

La firma de la paz debe ser completa y no deben quedar cabos sueltos, por ello es pertinente que mientras culmina el proceso con los primeros, se vaya preparando la atmósfera  para ir amortiguando los golpes del inicio de un nuevo proceso de diálogos y negociación, que si se asume ahora puede ser más fácil de manejar porque detrás de uno se puede mover el otro con mayor agilidad, empero culminado uno, el otro puede ser nuevamente lento y tortuoso, lo cual impediría que la fiesta fuera completa.

Culmino con esta frase del Santo Padre Francisco: “Para conseguir la paz se necesita valor, mucho más que para hacer la guerra”.

Adenda: Felicitaciones inmensas a Diario del Huila por brindar a los huilenses medio siglo de información y periodismo serio.

Por: Hugo Fernando Cabrera Ochoa – hfco72@gmail.com

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