Una histórica noche de fiesta vivió River Plate, representante de CONMEBOL en la Copa Mundial de Clubes de la FIFA Japón 2015, al conquistar su tercera Copa Libertadores luego de golear 3-0 a un combativo Tigres de México, en el estadio Monumental de Buenos Aires.
Cerca de 62.000 almas cantaron y bailaron hasta el delirio en las tribunas y millones de hinchas del popular club lo festejaron frente a las pantallas de televisión. ‘Millonarios’ y ‘felinos’ habían empatado 0-0 en el partido de ida en Monterrey.
El centrodelantero Lucas Alario conectó de cabeza arrojándose en palomita a los 45 minutos. El uruguayo Carlos Sánchez anotó el segundo de tiro penal a los 75. Ramiro Funes Mori conectó de cabeza el tercero a los 79.
Los riverplatenses fueron campeones por primera vez en la edición de 1986 y repitieron la conquista en 1996.
A tope
Ambos equipos encararon el juego con la intensidad digna de una final. Tigres defendía por momentos con nueve hombres, poniéndole candado a su área.
Juninho y José Rivas acorralaron a Fernando Cavenaghi y a Alario; no los dejaban ni respirar. Javier Aquino se multiplicaba como un coloso con ajustados bloqueos de recuperación y pases de calidad.
Guido Pizarro y el uruguayo Egidio Arévalo Ríos eran murallas. River era un aluvión bien dominado por Tigres, sólo aparecía cada tanto el talento en el pase justo de Matías Kranevitter.
Paradojas del fútbol, estuvo a tiro del gol una vez el brasileño Rafael Sobis pero se enredó con la pelota y en otra jugada Gignac, tras recibir el pase en bandeja de una maniobra estupenda de Jürgen Damm, pero salvó con angustia al meter el botín, al filo del abismo, Ramiro Funes Mori.
Y brilló el anfitrión
El guardameta riverplatense Marcelo Barovero no tuvo que atajar ni un solo remate. Tampoco el arquero argentino de Tigres, Nahuel Guzmán.
En ese momento también llovían los centros sin destino preciso de River. Hasta que uno de ellos, rasante, de Leonel Vangioni fue conectado de cabeza por Alario en palomita.
El centrodelantero clavó el balón casi lamiendo el poste, lejos de las manos de Guzmán.
El gol transformó el diseño del juego. Tigres tuvo que romper la inercia de la resistencia para adelantarse. Los de la banda roja se atrincheraron en defensa propia.
El DT Ricardo ‘Tuca’ Ferretti movió el tablero y mandó a la cancha a Jesús Dueñas para ganar posesión del balón y ambición de ataque. Lo que le faltaba era un hombre de desequilibrio ofensivo.
En un contragolpe, Aquino cometió falta dentro del área a Sánchez, quien marcó el remate de los doce pasos con jerarquía y un derechazo tan fuerte como medido. El gol de cabeza de Funes Mori desató la celebración a todo cántico y bandera.