El país busca mejorar la detección y evitar la mortalidad por cáncer de cuello uterino, para esto se necesita que las mujeres tengan acceso a las pruebas ADN-VPH.
El 70% de las mujeres entre los 30 y los 65 años deben acceder a la prueba ADN-VPH para el año 2030 de acuerdo con la OMS y el Plan Decenal de Salud Pública de Colombia 2022-2031.
En Colombia cerca de dos millones de mujeres habitan en zonas rurales y podrían beneficiarse de la prueba ADN-VPH, con una tecnología que les permite a ellas mismas hacer la toma de la muestra para que posteriormente esta sea procesada en un laboratorio.
Cada año en Colombia al rededor 3.900 mujeres se enfrentan a un diagnóstico de cáncer de cuello uterino invasivo. Para enfrentar esta problemática, el país ha implementado estrategias como la citología cervicouterina, que han sido de gran utilidad en las últimas 3 décadas. No obstante, a pesar de que periódicamente el 50% de las colombianas acceden a esta prueba, siguen falleciendo alrededor de 2.400 mujeres por este padecimiento.
Colombia ha tenido grandes avances en su transformación en la detección temprana del cáncer de cuello uterino. Investigadores, talento humano en salud, industria de tecnología médica y actores del sistema han trazado la ruta para mejorar la detección de cáncer de cuello uterino con pruebas alto desempeño ADN-VPH.
En 2018 el país inicia el cambio en la estrategia de tamización, y actualmente las mujeres entre los 30 y los 65 años deben acceder a pruebas ADN VPH. Este cambio se da entendiendo que la detección oportuna de las 14 cepas del virus del papiloma humano de alto riesgo (en adelante VPH) está en estrecha relación con la posterior aparición de cáncer en el cuello del útero.
No ajeno a la problemática de esta enfermedad, el país ha desarrollado diversas estrategias para abordar la población rural y urbana. Allí la toma de la muestra vaginal por las pacientes (autotoma) para el procesamiento posterior en laboratorios especializados tiene mucho que aportar en términos de equidad, eficiencia y calidad, acercando a más mujeres a la prevención oportuna sin importar en el contexto geográfico en el que se encuentran. Adicionalmente, se reconoce que las mujeres que nunca se han hecho una prueba de tamización, tienen un riesgo más elevado de desarrollar cáncer de cuello uterino.
En línea con la Estrategia Global para eliminar el cáncer de cuello uterino de la Organización Mundial de la Salud (OMS), está la tamización, la vacunación y el tratamiento. Este organismo sanitario mundial propone vacunar el 90% de las niñas contra el VPH, tamizar con pruebas ADN VPH el 70% de las mujeres, y asegurar el tratamiento del 90% de las pacientes con la enfermedad.
Para alcanzar los resultados que necesita el país es importante innovar en las estrategias de detección temprana con las pruebas moleculares ADN VPH, según Rogerio Sperb director general de BD Hub Andino “la autotoma garantiza la misma precisión que la prueba ADN VPH recolectada por un profesional de la salud, lo cual lo hace una herramienta de máxima utilidad para abordar el VPH como un problema de salud pública, y detectar el cáncer en etapas tempranas”.
Es importante no perder de vista, que los casos de cáncer de cuello uterino aumentarán un 5.3% para el año 2040. Según el Dra. Natascha Ortiz, líder de la Unidad de VPH, Neoplasias y ETS del Hospital Universitario San Ignacio “es vital emprender acciones sostenidas de tamización con ADN-VPH para mejorar la calidad de vida de las mujeres colombianas, contener la mortalidad y la discapacidad asociada a esta enfermedad. Además, mitiga los costos relacionados con el tratamiento en estadios invasivos”.
La prueba ADN VPH, en el consultorio o aplicada por la misma paciente brinda una solución segura para las mujeres en todo el territorio nacional. Las dos modalidades de recolección de muestra entienden las complejidades del territorio colombiano y los retos frente al acceso.
María Luisa Angarita, directora de la unidad de sistemas integrados de diagnóstico en BD afirma que “la practicidad, privacidad y eficacia en la prevención del cáncer de cuello uterino, convierten las pruebas de autotoma en un elemento clave para incrementar la cobertura de tamización en poblaciones vulnerables y así superar barreras geográficas y culturales”.
La resolución 2367 de 2023 y la alineación del país a la estrategia 90-70-90, entiende la necesidad de emprender acciones a largo plazo, pues se estima que con la implementación sostenida de la estrategia de la OMS, se podría reducir la carga de incidencia del cáncer de cuello uterino en un 42 % para el año 2045 y un 97 % para el 2120.
El cáncer de cuello uterino es prevenible y detectable a tiempo. El compromiso es de todos, ninguna mujer debería fallecer a causa de este cáncer.