La Semana Santa se celebra en la última semana de Cuaresma, entre el Domingo de Ramos y el Domingo de Resurrección o día de Pascua. Se trata de un conjunto de festividades que conmemoran los últimos momentos de la vida de Jesucristo.
La celebración se remonta al año 325, cuando se fijó en el Concilio de Nicea la fecha en la que tendrían lugar la fiesta en todo el ámbito católico occidental. Desde entonces, y siempre según el relato evangélico, cada región ha ido construyendo su propia forma de vivir la festividad, rememorando la pasión, muerte y resurrección de Jesús.
El Jueves Santo abre el Triduo Pascual, que es el periodo durante el que se conmemoran los últimos días de Jesús y constituyen el momento central del año litúrgico.
En concreto, en Jueves Santo se rememora la Última Cena, en la que se marca la institución de la Eucaristía como símbolo de comunión entre los cristianos y Cristo.
También se recuerda el lavatorio de los pies y la oración en el huerto de Getsemaní, tras la que se produce el prendimiento del Mesías por un grupo liderado por Judas Iscariote, apóstol que Jesús ya sabía que le iba a traicionar y que le entregó por treinta monedas de plata