Una comunidad organizada en zona rural de Pitalito adelanta acciones de reforestación, conservación, y monitoreo de especies amenazadas como el oso de anteojos. Conozca su historia.
Niños, niñas y mujeres del sur del Huila tienen una importante labor en Pitalito en el Grupo de Monitoreo Comunitario Porvenir Tierra y Semillas que nace por el interés de las comunidades rurales en conocer y conservar la biodiversidad con la que cohabitan.
Se trata del trabajo del grupo Los guardianes del Oso, menores de edad junto a sus madres, que de manera voluntaria desarrollan acciones de seguimiento y conservación de especies focales amenazadas, en este caso el oso de anteojos, apoyados en su gestión por la Corporación Autónoma Regional del Alto Magdalena CAM que los fortalece técnica y tecnológicamente con equipos especializados y profesionales que los acompañan.
“He visto huellas y garras de osos, pero ahora con las cámaras que nos dio la CAM hemos registrado mucha información conociendo de dónde vienen los osos de anteojos y así mismo cómo cuidarlos, porque los osos son Jardineros del Bosque y hacen que los árboles crezcan y nos den el aire”, dio a conocer el niño Jorge Grijalba.
La misma motivación la tuvo Jeremías Ortega el representante legal de Porvenir Tierra y Semillas y quien tiene a su hijo en el mismo grupo.
“El grupo nace a raíz de ese ánimo de conocer el oso y la danta y aunque veíamos los rastros, no cogíamos esos registros que necesitábamos. No fue sino hasta el 2018 que comenzamos a ver los resultados en las cámaras trampas al ubicarnos en ‘El Rascadero’ y desde eso no ha dejado de aparecer el oso, tigrillo, venado, tayra..”, señaló Ortega.
Reforestación
Luz Escobar, narra muy orgullosa que el trabajo en la vereda El Porvenir no empezó en el 2018, cuando la cámara trampa registró por primera vez un oso de anteojos ya que ella con su familia hace más de 20 años vienen reforestaron la reserva que hoy es vía de paso de la fauna silvestre.
“Gracias al grupo de Monitoreo y al apoyo de la CAM hemos venido desarrollando un trabajo con los niños y niñas y tenemos un grupo que se denominan Guardianes del Oso, pero el trabajo aquí empezó hace más o menos 20 años con un grupo de mujeres en la reserva La Laguna, siendo gratificante como sembradoras de ese bosque vemos que se sigue utilizando como una vía de paso de algunas especies como el oso andino, la danta de montaña, el tigrillo, entre otros”, indicó Luz.
Es así como entre robles negros, blancos, cedros, pinos, cominos real y palmas de cera, los animales se desplazan entre ecosistemas naturales conectados y las comunidades aprenden de ellos y se convierten en replicadores de la protección del patrimonio natural de los huilenses.
La mujer señala que todo este trabajo voluntario es muy gratificante porque en familia están enseñando a conservar y los niños al ver el ejemplo en la casa llevan el mensaje a su escuela.
“Nuestro trabajo ha venido cambiando el pensamiento de nuestros hijos. Porque aquí se practicaba mucho la cacería, el aserrío y ahora pueden evidenciar en esta zona que ya no existe la cacería del oso, ni de la danta, al contrario hemos creado conciencia de su protección a través de los años», finalizó diciendo Escobar.