Pasadas estas elecciones y conocidos los derroches de recursos y de energías de los candidatos, que enarbolaron desde un lado y otro ser coherentes con principios y valores, ser adalid de la libertad, de la seguridad, del trabajo, de la transparencia y del bienestar común, cabe preguntarse si ahora continuarán con tal nivel de compromiso cuando el estímulo inicial de llegar al Congreso y sus exorbitantes privilegios se les acabe.
El liderazgo es una forma de vida y debe ser continuo, si bien se resalta en lo coyuntural, al verdadero líder se le reconoce por su constancia pues él siente, vive por y para la gente.
Conozco a muchos que incluso su dignidad, humildad y sencillez, pasa por anónimos y sin micrófono y cámaras hacen mucho más por la gente que los que suelen aparecer cada vez que hay elecciones, muchos que lloran y padecen del dolor de los demás, muchos que sacrifican su tiempo, su estabilidad, su propio bienestar con tal de ayudar al prójimo.
Cuando se está en la cosa pública, se tienen la maravillosa oportunidad de conocer a mucha gente de este tipo incansables, soñadores, persistentes, tercos, beligerantes, entusiastas, voluntariosos y utópicos que viven por su comunidad y para su comunidad, a ellos, a esos héroes invisibles, los animo para que continúen persistiendo, me refiero al Edil, al miembro de la junta, a la madre comunitaria, a líder social en general, a quien con sus hechos y no con palabras demuestra cada día que esta sociedad esta llega de líderes con un compromiso social sin comparación, que sin sueldo, sin que le den algo a cambio, se quitan el pan de la boca para dársela a su prójimo, ellos son seres, que sin que lo sepamos están sosteniendo y conteniendo una sociedad que agritos pide oportunidades de trabajo, alimento y obras para su comunidad, que agobiadas por la pobreza encuentran en su representante la voz para ser escuchados.
El liderazgo exige un compromiso social, sin igual, cuando se representa las demandas de una comunidad, no se tiene horario ni fecha en el calendario, cualquier gestión no basta pues la comunidad exige y en algunos casos no agradece a quienes lo representan, eso es precisamente lo que hace más maravillo el trabajo de los líderes ¿Cómo es posible que a pesar de lo desagradecido de este quehacer la gente continúen en esta labor? La respuesta es sencilla, al que le gusta le sabe, y un líder no tiene en su chip el no se puede, no alimenta su labor con la aprobación ajena, sino por la satisfacción propia, por el placer que se siente del deber cumplido, de la tarea realizada, del beneficio común conseguido.
Ese liderazgo oculto, anónimo, desconocido es el que requiere una sociedad para continuar sobreviviendo, de ellos depende que ella tome un rumbo distinto al presente, en donde la banalidad de lo superfluo y de las apariencias termina siendo más importante que el beneficio común, pareciera que el altruismo, la solidaridad, la ayuda mutua fuesen cosas del pasado y que aquí el sobrevivir a costa de los demás, se haya convertido en la regla común.
Demandamos un liderazgo con un compromiso social que trascienda las elecciones, que incluso promueva revocatorias a los mandatos si sus elegidos no cumplieron con su promesas, que se pare en la raya y le diga no más al corruptos que apropiados de la cosa pública han hecho de su modo de vida de opulencia, la miseria de quienes más lo necesitan y que hoy se les arrebatan las oportunidades diseñadas para el que más lo necesita.
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Por: Alfredo Vargas Ortíz – alfredo.vargas@alcaldianeiva.gov.co
Twitter: @Alfredovargaso – Secretario de Educación