En la última columna me referí a las elecciones en los Estados Unidos y la verdad no pensé que para esta oportunidad, ocho días después, tuviera aún como tema las mismas elecciones.
En efecto, si bien el proceso electoral empezó el pasado martes, más de 4 días después aún no se conoce un ganador.
Esto en principio desconcierta, pues las épocas donde los resultados se tardaban tanto son incluso entre nosotros cosas del pasado; la Registraduría Nacional del Estado Civil desde hace ya varios años nos entrega los resultados 3 o 4 horas después del cierre de las urnas. Entonces ¿qué ha pasado en Estados Unidos?
Pues son varias cosas. Por un lado, es evidente que este proceso electoral ha sido diferente y por los resultados conocidos muy reñido; diferente porque el ambiente y la polarización entre los partidos republicano y demócrata ha estado a la orden del día, incluso la comunidad latina en Norteamérica y los tradicionales discursos populistas que conocemos, se tomaron las elecciones gringas; y reñido porque los resultados conocidos hasta ahora dejan ver una apretada votación, o mejor dicho una lucha por ganar los denominados puntos electorales.
Y esto último es, por otro lado, otro elemento que debemos entender. En Estados Unidos no gana el candidato que necesariamente saque más votos en las elecciones (en las pasadas Hillary Clinton sacó más votos que Trump), sino el que alcance un número de 270 votos electorales y esta suma se construye dependiendo del número de votos electorales que otorgue cada estado, lo que sería entre nosotros los departamentos.
Es decir, cada Estado da un número de votos electorales específico y quien gane con más votos simples en ese Estado se lleva el número de votos electorales que tenga ese Estado.
Por eso vemos en estos momentos una puja cerrada por 3 o 4 estados, Georgia, Pensilvania, Nevada y otros, pues otorgan votos electorales que permiten a los candidatos llegar a 270. Parece que el problema y la demora ha sido el envío de votos por correo que aún se están contando.
Cuando cierra esta columna todo se inclina a que el ganador será el partido demócrata con Joe Biden; mientras éste espera paciente los resultados y el conteo de todos los votos, el aún presidente Trump ha querido poner en entredicho el proceso electoral alegando fraude sin tener, al parecer, pruebas de ello.
Sea cual sea el resultado algo hemos aprendido en esta semana: hasta en el país más desarrollado la democracia tiene problemas, sobre todo cuando a ella se le ponen palos en la rueda.
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Por: Jorge Fernando Perdomo
Abogado
Twitter: @JFPerdomoTorres