La Revolución de la Conciencia: ‘Cambiemos esta vaina’ – VIII Parte

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Luego de recorrer varias zonas de la ciudad de Neiva, sobre todo de las comunas seis, ocho, nueve y diez, he quedado sumamente sorprendido de las condiciones en que viven más de treinta mil personas, las cuales son visitadas y manoseadas cada dos años por manidos políticos de siempre a quienes pareciera convenir esta lamentable situación.

No es solamente la pobreza vista como la escasez de recursos económicos para sobrevivir, es realmente la representación palpable de la miseria, en la que miles de personas padecen verdaderas condiciones humillantes de vida.

Ayer tuve la fortuna de participar en una actividad infantil en el barrio las Camelias, liderada con un hombre sumamente valioso, un ciudadano de esos que despiertan admiración y respeto, un ser humano con un sentir filantrópico destacable y una sensibilidad social como para enmarcar.

Pero, aunque estas acciones de una u otra manera sirven como paliativo y de alguna forma generan espacios de esparcimiento y recreación para los pequeños, los problemas son aún mucho más graves, sobre todo los que hacen relación con la salud pública.

No podemos ocultar de manera alguna los brotes crecientes de drogadicción, prostitución infantil, enfermedades de transmisión sexual, embarazo en adolescentes, dengue hemorrágico, todo tipo de enfermedades digestivas y riesgo de otras enfermedades tropicales.

Según el Ministerio de Salud, la Salud Pública es un compromiso colectivo con la salud que todos soñamos y supuestamente existe un plan decenal de salud, el cual se constituye como un pacto social y un mandato ciudadano que define la actuación articulada entre actores y sectores públicos, privados y comunitarios responsables de la intervención efectiva y positiva de los procesos de salud enfermedad, a través del abordaje de los determinantes sociales, con el fin de crear condiciones que garanticen bienestar integral y calidad de vida en Colombia.

Si, si, si… yo sé lo que están pensando, que es pura habladuría porque en realidad esto no es cierto debido a que los compromisos con esta causa son bastante minúsculos y no alcanzan a cubrir la demanda real, lo cual lesiona los intereses de la comunidad y no garantiza calidad de vida para la misma.

Según un documento consultado por mí, se han surtido algunas etapas definidas por el ministerio responsable, las cuales se determinan de la siguiente manera: En primer lugar, se ha hecho un análisis de la situación para poder plantear un direccionamiento estratégico adecuado.

Luego se lleva a cabo una organización táctica y operativa que permita tener un proceso con objetivos y acciones claros. Posteriormente se lleva a cabo el seguimiento y la evaluación. Básicamente se trata de responder preguntas como: ¿Qué pasa hoy?, ¿Qué Transformar?, ¿Qué hacer? y ¿Cómo hacerlo?

Como casi todo en nuestro municipio, al que desde hace años vienen diagnosticando, aún no se le encuentra una fórmula para sacarlo adelante, primero por la politiquería que tanto daño hace y afecta las condiciones de vida de los pobladores de una localidad y segundo por la falta de compromiso de la vieja clase política que busca por todos los medios perpetuarse en el poder para continuar haciendo de las suyas. Si nos ponemos las pilas entre todos y nos unimos pensando en el futuro de todos, podemos lograrlo, por eso mi invitación es y será a que CAMBIEMOS ESTA VAINA.

Por: Hugo Fernando Cabrera – hfco72@gmail.com
Twitter: @Hufercao04

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