En una charla en la Universidad del Rosario, el ex candidato a la presidencia habló del proceso de paz con el M-19, la reconciliación con el dirigente conservador Álvaro Gómez Hurtado luego de su secuestro y la lucha armada y democrática.
Afirmó que en el caso del M-19 se conoció la verdad.
“Creo que la reconciliación es aún más importante que la verdad. La reconciliación juega un papel clave en avanzar realmente en el cambio de la historia de una sociedad”. Así lo afirmó el ex candidato presidencial Antonio Navarro Wolff, al intervenir en la charla Que la verdad no nos quede grande. El país al diván, espacio dirigido por el Doctor Alberto Fergusson, profesor de la Universidad del Rosario y asesor del Presidente de la Comisión de la Verdad.
La Asamblea Nacional Constituyente permitió la reconciliación entre Álvaro Gómez Hurtado y el M-19, grupo armado que lo había secuestrado. “Se buscó una reunión con él y una tarde de 1991 nos encontramos a solas. Hablamos sobre cómo conformar la mesa directiva de la constituyente y hubo entendimiento: una mesa colegiada de tres miembros conformada por liberales, el M-19 y Salvación Nacional”, indicó Navarro Wolff.
La constituyente fue un momento de grandes consensos ciudadanos, políticos, institucionales y de funcionamiento, pero también fue un momento de reconciliación, como la que se tuvo entre Álvaro Gómez y el M-19. Esa reconciliación jugó un papel importante en el desarrollo de la asamblea para producir una buena constitución en tan solo 5 meses, dijo.
El M-19 y la verdad
En la charla con el Doctor Alberto Fergusson, Navarro Wolff manifestó que “asumir la verdad es asumir responsabilidades que muchos no quieren asumir plenamente, así esa verdad no tenga el castigo jurídico”.
En el caso del M-19 todas las cosas se saben, no hay secretos. “El único secreto del M-19 en su historia fue dónde estuvo guardada la espada de Bolívar, la cual permaneció fuera del país y la dijimos en 1991, cuando trajimos la espada del exterior y se la devolvimos al Estado colombiano”, comentó. Se han tenido temas de discusión y de debate, como la toma del Palacio de Justicia, pero todo se sabía públicamente y no había nada oculto que tuviera importancia para la opinión pública.
Lucha armada versus lucha democrática
Para Navarro Wolff, el alzamiento o lucha armada es una forma extrema de buscar el cambio de una sociedad cuando no hay otros caminos o están cerrados. “El fraude electoral al General Rojas Pinilla fue lo que llevó a muchos de nosotros en los años setenta a hacer parte del M-19. Porque si a un General de la República retirado y además conservador le hacen fraude electoral, entonces ¿a quién le van a respetar un resultado electoral?”.
Continuó su reflexión indicando que en la medida en que pasan los años y ese cambio no se produce, y además aparecen las turbiedades, excesos y deterioros asociados a la lucha armada y no hay una perspectiva de llegar a un resultado, indudablemente se empieza a pensar en que ese camino extremo no es el único, que hay que volver a buscar el camino de la lucha participativa y de la democracia electoral. “Eso fue lo que hicimos en la segunda mitad de la década de los ochenta, al intentar tener un proceso de paz en 1984 y 1985 y consolidar el mismo en 1989 y 1990”.
En su opinión, “la democracia tiene muchos defectos y deficiencias. Pero si se acepta el resultado electoral, eso es suficiente para que valga la pena decir que el camino es la democracia electoral. De eso nos convencimos nosotros en 1989 y acertamos”. Después de estar bajo los dos lados de la trinchera, definitivamente el camino es la democracia representativa o electoral, afirmó Navarro.
Proceso de paz con el M-19
Consideró que al M-19 le fue bien en su proceso de paz, principalmente porque Carlos Pizarro, quien lo lideró, tenía muchísima influencia y autoridad dentro de la organización. Fue un comandante y guerrillero exitoso dentro de sus operaciones armadas y una persona que tenía una capacidad de comunicación cercana con sus guerrilleros. Él decidió que el camino era la paz y eso influyó en todo el M-19.
“Cosa distinta pasó con las FARC. Si el Mono Jojoy, por ejemplo, hubiera asumido una posición positiva frente al proceso de paz, estoy seguro que muchísima gente hubiera tomado la decisión de desarmarse y de vincularse al proceso”, agregó.
A pesar del asesinato de Pizarro, el M-19 decidió seguir cumpliendo su palabra. Eso le dio mucho apoyo público, resaltó.
Antonio Navarro Wolff finalizó su intervención en la charla Que la verdad no nos quede grande. El país al diván, de la Universidad del Rosario, indicando que, aunque tomó la decisión de no ser candidato presidencial en 2022 y tampoco aspirar al Congreso, deja abierta la posibilidad para explorar qué hacer en el año 2023 cuando hay elecciones departamentales y municipales.
La charla se puede ver en la cuenta en YouTube de URosario: https://youtu.be/P04AKP3VG1g.