La modernidad y solemnidad del catolicismo

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Hugo Fernando Cabrera OchoaPodría perfectamente escribir sobre el valor de la vida a raíz de uno de los hechos de la semana que involucran al crack del fútbol colombiano Farid Mondragón, o sobre las perspectivas sobre si se firmará el acuerdo de paz el veintiséis de marzo de este año o no; también se podría tratar el tema de la reforma tributaria estructural que viene en camino o la venta de Isagen, entre otros, pero no, me parece más importante aunque es muy poco sonado el tema, que hace referencia al giro dado por los líderes de la iglesia Católica que hoy por hoy despiertan gran fervor en la comunidad cristiana y han vuelto a renacer el apego por la fe y la esperanza puesta en el Padre Celestial, la Madre Santísima y todos los demás asuntos relacionados con esto.

Hace unos meses me refería al apostolado y gran liderazgo que viene ejerciendo el señor Obispo de la Diócesis de Neiva, monseñor Froilán Casas Ortiz, hombre admirable, de un carisma excepcional, quien ha logrado ganarse el cariño inmensurable de toda la comunidad neivana y municipios de su jurisdicción.

También escribí sobre la revolución católica y de la fe, que se comenzó a gestar a partir de llegada del Santo Padre Francisco, quien a partir de un amplio y profundo conocimiento antropológico y sociológico, ha logrado aglutinar a niños, jóvenes y adultos, en torno a la iglesia de Dios, manejando un discurso sumamente incluyente y moderno, que ha fortalecido realmente la fe cristiana.

Hoy quiero hacer referencia a la gran labor pastoral que vienen desarrollando destacados presbíteros de la diócesis capitalina y que bien debo resaltar porque yo mismo me he sentido sumamente atraído hacia la práctica de todas las actividades cristianas.

Para comenzar voy a mencionar al padre Jhon Fredy Obando, párroco de la iglesia del barrio Quebraditas, un ser humano sumamente bondadoso  que en cada obra que emprende y en cada sermón que pronuncia deja ver su alma y se entrega a la comunidad de una manera íntegra, lo cual atrae fielmente a los feligreses de esta parte de la ciudad y otras zonas de la misma.

Así mismo, debo hacer alusión del padre Óscar Perdomo Morales, un hombre incasable en su trabajo por acrecentar y fortalecer la fe de las personas que a él se acercan y tienen la grata fortuna de recibir la palabra de Dios a través suyo, sin lugar a dudas, es un gran apóstol y gran orientador.

No podría dejar a un lado al simpático y laborioso padre Alonso Sánchez, quien con especial forma de ser induce a sus feligreses hacia la alabanza Santa al Creador de todo lo visible e invisible.

Otros grandes sacerdotes de esta diócesis son los padres Milciades Vargas Mota, Juan Carlos Liévano, Wilson de la parroquia de San Juan Pablo Segundo, entre todos los demás, quienes con seguridad vienen adelantando labores muy valiosas para fortalecer nuestra madre iglesia católica. ¡Nos vemos el domingo en misa!.

Por: Hugo Fernando Cabrera Ochoa – hfco72@gmail.com

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