Revisando el ‘carelibro’ me topé con un extenso video que comienza con un tema musical en un ritmo moderno bastante agradable, que debe haberle costado unos buenos centavitos al alcalde de la capital opita.
Luego de éste, la alocución ensayada varias veces, del señor mandatario municipal de Neiva, el doctor Gorky Muñoz Calderón.
En un impecable discurso demagógico, saturado de grandilocuencia, el burgomaestre de esta localidad expresa su inconformismo por el comportamiento ciudadano, en el que ha primado la irresponsabilidad colectiva en medio de esta pandemia, por las aglomeraciones, el uso no adecuado del tapabocas y el irrespeto por las otras normas básicas de bioseguridad, las cuales son pasadas por la faja.
En una manipulación del mensaje, de manera planificada, en un discurso escrito por alguien que la tiene clara, el alcalde Muñoz Calderón amenaza con volver a cerrar el comercio de manera paulatina y se genera un despliegue mediático pagado, para que el polvorete que estas palabras han levantado tengan eco.
Pero este discurso es absolutamente incongruente, incoherente, desconectado con la realidad y con lo que se ve. El señor alcalde amenaza con volver a las medidas de restricción por notables violaciones sociales a las normas de bioseguridad, pero programa conciertos, abre bares y discotecas en las que no hay control, permite la instalación de un parque de diversiones que desborda en aforo y descuida a sus visitantes, un alcalde que permite que los supermercados y centros comerciales estén atiborrados de gente, en donde el distanciamiento social es una falacia y las normas de bioseguridad son pasadas por la faja.
Los súper asesores de imagen del mandatario piensan solamente en cómo hacer ver a su jefe de manera positiva y eso tal vez lo logran de entrada, pero cuando en el subconsciente la gente empieza a revisar que el discurso del ejecutivo no es coherente, esa imagen positiva del inicio comienza a cambiar y se vuelve negativa, es como si se lleva a un adicto a las drogas para que se recupere en un centro de consumo.
Los opitas que habitamos la capital del río Magdalena hacemos un llamado al señor alcalde de la ciudad para que actúe en congruencia con su discurso, que proteja a la ciudadanía y que tome medidas serias frente a lo que está pasando.
Pero además que sea sincero y hable con la verdad, que le cuente a los neivanos que lo que se está es conduciendo a la población a que se contagie para llegar al pico del contagio y poder comenzar a bajar, que eso es lo que se está buscando y no trate de endilgar responsabilidades de la administración municipal a la población misma, pues sicológicamente, sociológicamente y antropológicamente, el comportamiento humano y de masas, está escrito y es claro.
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Por: *Eleuterio Pastrana Polanco