Son tan evidentes las maniobras dilatorias de Uribe y su abogado para alargar su juicio, que aun no entiendo por qué hay colombianos defendiendo un político tan cuestionado como este señor. Lo que hacen es defender la mentira, la burla a la justicia, el atajo para no responder por sus actos delictivos.
Si Uribe estuviera limpio, hace rato que hubiera enfrentado con verraquera cualquier demanda en su contra, y hubiese triunfado con sus pruebas. Pero claramente sus jugaditas, revelan lo contrario, un temor a enfrentar las contundentes evidencias en su contra, en uno de los casos por los que se le investiga desde hace 10 años, como es el de soborno a testigos, fraude procesal y soborno en actuación penal.
No se le ve la verraquera del paisa que todo lo enfrenta con honestidad y empuje, sino la del paisa traqueto que intimida y engaña buscando que lo salve el vencimiento de términos. Y todo a la vista de un país carcomido por la inconsciencia.
¿Qué defienden sus seguidores?, ¿El que pueda burlar la justicia?, ¿Ese es el ejemplo para sus propias familias y para el país entero que los ve? Si esos son los «valores morales» que practican, hay que decir que nuestra sociedad es cómplice de la corrupción, está alineada a hacerle la vuelta a la ley, atropellar al otro, violarle sus derechos, apropiarse de lo indebido y, además, que no les pase nada ni tengan que responder ante las autoridades. Bueno, asi venimos hace muchísimos años.
Esa es la sociedad colombiana que debemos dejar atrás, la de la cultura delincuencial. Después vemos hogares destruidos, hijos ladrones, y demás individuos que se han criado bajo el amparo del que todo lo hace mal, enredados en toda clase de investigaciones, viviendo toda clase de males y consecuencias que muchas veces no les alcanza el dinero mal conseguido para tapar sus realidades.
Es allí cuando viene el dolor de padre, de sociedad, de amigo, de pareja, de todo, porque se ha hecho una mala crianza, se ha apoyado al delincuente y se le ha enarbolado como a un líder al que hay que seguir. Se han seguido sus malos ejemplos.
Con el mal ejemplo de Uribe que sigue todo un partido político creado por él, y otros que se le unen porque les gusta la marrulla, y a sus seguidores de a pie por ignorancia o convicción, vemos a una nación que no progresa, porque han hecho del delito, del oprobio, de lo ilegal, una forma de vida para «salir adelante», para conseguir sus bienes materiales, afanes que siempre los dejará en evidencia.
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Por: John Hammer León Cuéllar
Comunicador Social y Periodista
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