El Huila geográficamente está situado, en un lugar privilegiado, que le permite dar el salto cualitativo al desarrollo socioeconómico en líneas agroindustriales, piscícola y pecuaria.
Sí la idea es comercializar nuestros productos a nivel interno, estamos ubicados en un cruce de caminos, que fácilmente nos conducen en poco tiempo a ciudades de alta demanda de alimentos como: Bogotá, Ibagué, Cali, Popayán, Florencia más otras ciudades de menor importancia. Sí de Exportar se trata, estamos a pocas horas del puerto internacional de Buenaventura, desde el cual podemos embarcar nuestros productos y exportarlos a diferentes partes del mundo.
A los huilenses nos tocó cargar durante los últimos 50 años con el tortuoso peso del conflicto armado interno, en donde los gobiernos nacionales de turno, a nuestros municipios, más que llevarles plata, le llevaron plomo, ordenes de captura y estigmatizaciones.
La dirigencia política nacional y departamental, amparados en el pretexto “que al sector rural no se le podían hacer inversiones, en razón que allí el orden público no se lo permitía”, mientras ellos de la mano de las multinacionales en cumbres de alta alcurnia política y gremial, les entregaban parte de nuestro territorio para que estas arrasaran extensas áreas agropecuarias, flora y fauna silvestre, mediante la construcción de represas como: Betania, el Quimbo y la extracción minero energética.
En el Huila en los últimos 25 años un reducido número de familias se han apoderado del poder político y económico de nuestra región. Se han repartido entre ellos la burocracia y contratos de obras y servicios, amasando grandes cantidades de dinero, que les permite en cada contienda electoral permear la conciencia de la gente humilde para reelegirse y perpetuarse en el poder, mientras el 70% de los huilenses, en su mayoría no saben cómo administrar y soportar su pobreza y atraso.
No es la falta de oportunidad; es la falta de liderazgo y la negligencia de la dirigencia política y gremial regional, que despilfarraron las regalías de la bonanza petrolera, que en los últimos 25 años ubicó a nuestro departamento en el 5º de 32, que más recibía dinero por cuenta de regalías. Y qué decir de la gran oportunidad de la ley Páez, que se quedó solo en discursos politiqueros.
¿Cómo podrá explicar la dirigencia departamental, que siendo el Huila el 5º de 32 departamentos, que más recibía regalías, hoy este ubicado entre los 5 más pobres?
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Por: Miguel Rodríguez Hortúa – miguel.rh12@hotmail.com