Gobernar no consiste únicamente en atender, en resolver los problemas que tiene la ciudadanía, sino en saber comunicar, saber explicar, saber proyectar cada una de las decisiones y los planes de un determinado gobierno.
Es decir, ya no basta solo con gestionar bien, sino que, hay que saber comunicar bien, porque los ciudadanos no nos movemos necesariamente por aquellos datos que son medibles, comparables y comprobables, sino por las percepciones que cada uno de nosotros tiene de la realidad.
La relación con los medios no consiste en reaccionar ante ellos, sino en anticiparse a ellos, en tomar la iniciativa y ser un generador de noticias, en ese sentido la única forma de controlar la información es dándola en el momento en el que un político o un gobierno comete un error. La secuencia es muy lógica, pero no siempre se cumple. Primero reconocer el error. Segundo, pedir disculpas. Y la tercera y casi más importante es preguntarse o preguntar cómo puede enmendar ese error.
Hay una pequeña gran diferencia entre comunicar mucho y comunicar asertivo. Muchas veces el error de los políticos, es intentar llegar a toda la ciudadanía con el mismo mensaje, aunque se gobierna para todos, tiene que ser muy consciente quién es su público, de dónde viene su público y dónde está su público.
Por lo tanto, hay que saber personalizar, para llegar a cada ciudadano con el mensaje, con lo requerido en cada uno de los momentos. Normalmente siempre se dice que la información es poder, la información si uno no sabe interpretarla o analizarla, son datos únicamente, el verdadero poder es la comunicación, es decir, cómo gestionas, cómo proyectas, cómo distribuyes, cómo personalizas la información. Ese es el verdadero poder.
Los políticos que saben hablar en imágenes acaban ganando muchas veces, lo importante no es dar con el mensaje, el mensaje ya está en la calle la mayoría de las veces, es acertar con la puesta en escena del mensaje.
Aquellos políticos que, en sus presentaciones, en sus declaraciones sean capaces de rodearse de una escenografía, de una puesta en escena cargada de mensajes, de valores, de una forma de gobernar, sabrán llegar mejor con su mensaje porque las imágenes generan menos dudas, contienen más información y sobre todo las personas las recuerdan mejor.
Todas las empresas y todos los Gobiernos (Nacionales, Departamentales y Municipales) son susceptibles de tener una situación de crisis, un atentado, un incendio, una catástrofe o un caso de corrupción. Todo eso va a requerir siempre de dos tipos de gestiones; uno, claro está que es la gestión técnica, solucionar el problema que ha causado esa situación de crisis y otra gestión importantísima que es la comunicativa, es dar explicaciones ante los medios, ante la ciudadanía, ante las víctimas o los afectados, para poder terminar de cerrar esa situación de crisis y lo que los datos, los estudios nos certifican siempre es que un tiempo pasado después de la crisis, la gente valora más, no tanto el resultado técnico de la crisis, la solución que se dio a la crisis, sino sobre todo la actitud, la determinación, la entrega que ese político dio ante esa determinada situación de crisis. Es importante profesionalizar la comunicación de los partidos y de los gobiernos.
Es necesario asesorarse muy bien, que los políticos se asesoren con expertos en comunicación de gobierno, antes de cada aparición en medios de comunicación, ante la oposición y lo más importante frente al diálogo con los ciudadanos, porque estamos ahora mismo en una situación donde cada declaración, cada acto, cada puesta en escena del gobernante puede sumar o restar en términos de reputación o de imagen pública.
Por lo tanto, hay que ser muy sensatos, estamos en un momento donde se vive en campaña permanente, que no necesariamente significa estar permanentemente en campaña, pero sí, ser plenamente consciente que ya se está decidiendo el resultado de las próximas elecciones.
La buena comunicación es una función fundamental de la gobernanza moderna. La comunicación bidireccional efectiva entre el gobierno y la ciudadanía fortalece la autoridad pública legítima. Esto, a su vez, aumenta la probabilidad de lograr buenos resultados de gobernanza.
Los gobiernos tienen interés en instituir sistemas que sean capaces, receptivos y responsables. Proporcionar a los ciudadanos información adecuada sobre prioridades, programas y actividades incrementando la probabilidad de que la autoridad pública sea percibida como legítima por los ciudadanos y los grupos de interés, lo que contribuye a estabilizar la situación política de un país.
La función de comunicación sustenta muchos procesos de liderazgo moderno y es complementaria a varias formas de experiencia técnica. En muchos casos, una reforma del sector público exitosa y sostenible requiere persuasión: buscar el apoyo de las élites, alentar procesos de cambio dentro de las burocracias y lograr un equilibrio ético entre escuchar y liderar la opinión pública.
Los requisitos de comunicación a menudo empujan a las instituciones gubernamentales en direcciones opuestas. Por un lado, los gobiernos deben operar de manera imparcial para mantener la credibilidad, cumplir con las expectativas de transparencia y rendición de cuentas.
Por otro lado, las instituciones gubernamentales también deben actuar como defensores de sus propias políticas. Por lo tanto, un desafío central para las comunicaciones del gobierno es seguir siendo creíbles y confiables, al tiempo que se defiende la política en un entorno de comunicación cuestionado.
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Por: María Fernanda Plazas Bravo – Twitter: @mafeplazasbravo
Ingeniera en Recursos Hídricos y Gestión Ambiental
Especialista en Marketing Político – Comunicación de Gobierno
Universidad Externado de Colombia